Netza I. Albarrán Razo
Addis Abeba, Etiopía, Julio 29.- Aunque el hambre a nivel global mostró una leve disminución en 2024, sigue aumentando en regiones vulnerables como África y Asia occidental, advirtió el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2025” (SOFI, por sus siglas en inglés), publicado por cinco agencias especializadas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El documento fue presentado durante el segundo Balance de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre los Sistemas Alimentarios, celebrada en Addis Abeba, y revela que el 8.2 % de la población mundial —alrededor de 673 millones de personas— padeció hambre en 2024, una disminución con respecto al 8.5 % registrado en 2023 y al 8.7 % en 2022.
Pese a este avance global, los resultados no son homogéneos. En África, la proporción de personas que enfrenta hambre superó el 20 % de la población, afectando a 307 millones de personas, mientras que en Asia occidental el índice se elevó al 12.7 %, equivalente a más de 39 millones de personas. Estas cifras contrastan con los avances observados en Asia meridional y América Latina, donde la prevalencia de la subalimentación se redujo al 6.7 % y 5.1 %, respectivamente.
Las agencias de la ONU alertaron que si no se toman acciones más contundentes, casi 512 millones de personas podrían padecer hambre crónica en 2030, y el 60 % de ellas estarían en África, lo que pone en riesgo el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre Cero.
El informe también analiza otros indicadores de nutrición infantil y salud alimentaria. Entre 2012 y 2024, el retraso en el crecimiento infantil se redujo de 26.4 % a 23.2 %. Sin embargo, el sobrepeso y la emaciación infantil se mantuvieron prácticamente sin cambios. También preocupa el aumento de la obesidad en adultos, que pasó del 12.1 % en 2012 al 15.8 % en 2022, así como el incremento de la anemia entre mujeres de 15 a 49 años, que alcanzó un 30.7 % en 2023.
Respecto al acceso a dietas saludables, el informe señala que, aunque globalmente el número de personas que no pueden costear una dieta sana bajó de 2,760 millones en 2019 a 2,600 millones en 2024, esta mejoría fue desigual. En países de ingresos bajos, el número aumentó de 464 a 545 millones, afectando gravemente a las poblaciones más vulnerables.
Una sección clave del SOFI 2025 se enfoca en la inflación de los precios de los alimentos entre 2021 y 2023, provocada por una combinación de factores como la pandemia de COVID-19, la guerra en Ucrania y eventos climáticos extremos. En enero de 2023, la inflación alimentaria mundial alcanzó un pico del 13.6 %, superando por 5.1 puntos porcentuales a la inflación general. En países de ingresos bajos, este impacto fue aún mayor, con una inflación de alimentos que alcanzó el 30 % en mayo de 2023.
El informe recomienda una serie de acciones coordinadas para contener la inflación y mejorar la seguridad alimentaria, entre ellas: programas focalizados de protección social, políticas monetarias estables y transparentes, así como inversión en investigación agrícola, infraestructura y sistemas de información de mercados.
Los organismos firmantes —FAO, FIDA, UNICEF, PMA y OMS— concluyen que, aunque hay señales alentadoras, el hambre sigue siendo un problema persistente que requiere de respuestas estructurales, sostenidas y equitativas para garantizar el derecho a la alimentación adecuada en todo el mundo.