«Detrás de toda agresión hay frustración”
Gaby Pérez Islas

Por: José Eduardo Cruz Carbajal


Iguala, Guerrero, Agosto 19.- La noticia de que te quitaste la vida fue un duro golpe, sentí que me arrancaban una parte de mí, camino a tu casa para reconocer tu cuerpo oraba suplicando a Dios que todo fuera mentira, ya que sinceramente, nunca me percaté de lo mal que estabas por dentro. ¿Cómo no me di cuenta de lo que te sucedía? ¿Por qué no confiaste en mí? Juntos hubiéramos superado todo, tú sabías que yo te hubiera acompañado, y, ¡Lo hubiera hecho de todo corazón!

Tu carta fue algo duro de leer, vuelvo a decirlo: ¡Nunca me di cuenta de nada! Seguramente sufriste mucho, seguramente debiste sentirte muy solo, ¿Por qué no me di cuenta? ¿Por qué nunca me pediste ayuda? ¿No se supone que yo era tu mejor amigo? ¿No se supone que confiabas en mí? ¿No se supone que estaríamos juntos para siempre? ¡Eras mi hermano! ¡Eras mi familia! ¡Eras mi confidente! ¡Y de la nada decides dejarme! ¡Me has causado un gran dolor! ¿Por qué las personas que más amamos son las que nos provocan tanto dolor?

La imagen de tu cuerpo colgado y sin vida es algo que quedará impreso en mi mente, seguramente agonizaste, seguramente no querías irte, pero como también decías en tu carta, no tenías motivos para quedarte. A pesar de tener tu ropa conmigo, y parte de tu dinero, tu herencia para mí, una herencia que en tus palabras definías como: Un acto de amor. ¡No te tengo a ti! Siempre vivirás en mi mente y en mi corazón, estarás presente en los bienes que me has dejado, y te estoy eternamente agradecido por pensar en mí para dejarme parte de lo que fue tuyo en vida, pero ya no te volveré a ver, tus bienes no sustituyen tu vida. ¿No pensaste en eso antes de provocarte una muerte tan espantosa?

Me siento abrumado, me siento enojado contigo por haber decidido quitarte la vida, algo que no debías haber hecho, ¿Sabes por qué? ¡Porque la vida no es tuya! ¡Tú no te diste vida a ti mismo! ¡Eres el asesino y eres la victima al mismo tiempo! Tu muerte ha producido señalamiento social, ahora seguramente al verme dirán: Mira… Él era amigo del chico que se suicidó”. Me siento culpable, por no haberme dado cuenta de cuanto dolor sentías, si tan solo lo hubiera sabido todo sería diferente, tendrías vida, y juntos hubiéramos enfrentado tu profunda tristeza. Pero al mismo tiempo siento compasión por ti, no te odio, mi corazón no te guarda rencor, la soledad y la tristeza que sentías y que decías que secaba tus huesos, debió haber sido espantosa, tan espantosa y desgastante que quizás ni siquiera tenías fuerza para contarme lo que estaba pasando. Me tomará un tiempo aprender a vivir a pesar de tu ausencia, aún tengo amigos, y seguramente llegaran personas nuevas a mi vida, pero nadie como tú… ¡Eres irremplazable!

Referencias:

Pérez, G. (2013). Elige no tener miedo. México: Diana.

*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala, Guerrero) es psicólogo y maestro en tanatología. Contacto: psiceduardo15@gmail.com

Comparte en: