Por: Servicios AINI


Ciudad de México, Mayo 24.- Si hay un dinosaurio icónico en el mundo es el Tiranosaurio Rex, una especie icónica, popular por distintas películas y fácilmente identificable hasta por el público más fanatizado con este ser que vivió hace más de 65 millones de años: los niños.

Según un nuevo estudio científico, publicado esta semana en Paleontology, hasta 1.700 millones de estas bestias vagaron por la Tierra antes de un desafortunado encuentro con un asteroide que provocó su extinción.

Para arribar a esa cifra, que supone por ejemplo una mayor cantidad de habitantes del mayor país poblado hoy como lo es China, los expertos debieron hacer un complejo cálculo numérico en el que se debieron barajar distintas estadísticas y teorías, como la vida promedio de estas bestias, su madurez sexual, la cantidad de huevos que ponía, y su alimentación para reproducirse.

Si bien 1.700 millones es sin duda una gran cifra, son unos 800 millones de dinosaurios menos que la estimación alcanzada por un estudio de 2021. En ese estudio, publicado en la revista Science, también traduce estas densidades demográficas en estimaciones de cuántos T. rex han vivido. De media, los investigadores calcularon que habrían vivido unos 20.000 T. rex en cualquier momento dado y que han vivido y muerto aproximadamente 127.000 generaciones de estos dinosaurios.

En el estudio anterior, dichas estimaciones medias quieren decir que vivieron un total de 2500 millones de T. rex de la especie autóctona de Norteamérica, posiblemente llegando hasta Alaska por el norte y hasta México por el sur, a lo largo de un periodo de dos a tres millones de años.

Pero el último análisis publicado ahora se basa en la información más actualizada y disponible sobre el crecimiento y la reproducción de estos dinosaurios, y parece ser el más preciso.

A diferencia de mi modelo, el tiempo de generación, así como la esperanza de vida, las tasas brutas de reproducción y los valores reproductivos de los individuos calculados a partir del modelo anterior, contradecían fuertemente nuestra comprensión actual de la biología del tiranosaurio rex y de otros terópodos.

Sus valores tampoco estaban de acuerdo con los de los grandes reptiles, aves y mamíferos existentes. Todas estas deficiencias del modelo anterior favorecen la evaluación de las características individuales y poblacionales de T. rex y de otras especies extintas utilizando mi modelo.

Antes de que seamos demasiado críticos con la estimación anterior, vale la pena recordar que fue la primera de su tipo y aún contiene muchos datos valiosos. Sin embargo, esta nueva investigación utilizó modelos actualizados de las tasas de supervivencia y madurez del T. Rex.

En pocas palabras, los nuevos cálculos sugieren una tasa de supervivencia más baja de T. rex, menos generaciones en total y una cantidad reducida de puesta de huevos. Tenemos datos bastante decentes sobre estos factores basados en estudios fósiles detallados y comparaciones con especies modernas que los científicos creen que han conservado ciertos rasgos de dinosaurios.

En el reciente estudio se probó un modelo con datos de 23 especies existentes diferentes entre reptiles, aves y mamíferos y descubrió que predecía bastante bien las cifras de población en comparación con el modelo anterior. Eso sugiere que también debería funcionar para el Tyrannosaurus rex. La buena noticia es que uno de los autores detrás de la estimación de 2021, la Universidad de California, Berkeley, el paleontólogo Charles Marshall, aprueba el nuevo trabajo a afirmar que la última cifra era “más realista”.

Además de alcanzar esa considerable cifra de 1.700 millones, la investigación también sugiere que hemos encontrado un porcentaje minúsculo de restos de T. rex. Por qué ese porcentaje es tan pequeño, y dónde están todos los demás huesos, es una pregunta para un estudio futuro. Griebeler sugiere que su modelo, que se centra en la vida útil máxima, la edad de maduración sexual y el número máximo anual de crías, también puede ayudar a estimar el número de poblaciones de otras especies extintas.

Todas estas deficiencias del modelo anterior favorecen la evaluación de las características individuales y poblacionales de T. rex y otras especies extintas usando mi modelo.

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