Por: Servicios AINI


El Vaticano, Abril 22.- El fallecimiento del Papa Francisco provocó reacciones internacionales, tanto de pueblos como líderes, que reconocieron el carácter modesto y cercano con la gente de quien fue el líder de la Iglesia Católica desde 2013 hasta su muerte, en abril de 2025.


Sin embargo, ahora, con la partida de Francisco, queda un vacío, no solamente en el mapa internacional que encontró en Francisco uno de los más carismáticos líderes de los últimos tiempos, sino también en el poder de la Iglesia Católica que ahora deberá escoger un nuevo dirigente.

A partir del día que fallece el sumo pontífice, los cardenales inician los protocolos que no solo le garantizan una despedida digna, sino que también organizan el proceso para escoger a su sucesor.


La elección de un papa, como todos los procesos para escoger a un político o dirigente internacional, conlleva tiempo y una estricta organización. El Vaticano no es excepción.


Después de la muerte de un sumo pontífice, se realiza un periodo de luto de nueve días, durante el cual el Camarlengo administra temporalmente la iglesia sin tomar decisiones importantes.


El cargo actualmente lo ocupa Kevin Farrel, quien también fue el encargado de informar la muerte del papa Francisco.


Después de esos nueve días de luto, el Colegio Cardenalicio convoca a un cónclave, es decir, una reunión de todos los cardenales menores de 80 años, quienes votarán en encuentros privados para definir a un nuevo papa.
Regularmente, este cónclave inicia en un periodo de 15 a 20 días después de la muerte del papa (incluidos los nueve días de luto), un periodo que, además, permite la llegada de todos los cardenales a la Santa Sede.
Por lo anterior, dado que el Papa Francisco falleció el 21 de abril de 2025, se espera que el cónclave, con el cual se elegirá a su sucesor, inicie entre el 6 y el 11 de mayo de 2025.
¿Qué es el cónclave y cómo se elige un nuevo Papa?
El cónclave es una reunión que celebran los cardenales en secreto y aislamiento, en la cual votan para elegir a un nuevo Papa.
Los cardenales quedan aislados del mundo exterior y juran mantener el secreto en este periodo, en el cual realizan hasta cuatro votaciones diarias.
Para ser elegido, un candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos de los cardenales presentes. Si pasan tres días y no hay resultado, se establece un día de pausa para oración y reflexión, un ciclo que puede repetirse hasta siete veces. En caso de un estancamiento prolongado, se puede proceder a una segunda vuelta entre los dos candidatos con más apoyo.

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