Por Boris González Ceja
¿Por qué no han inventado una pastilla que afecte de manera positiva el cerebro para quitarle lo ratero a los políticos, lo mentiroso a las personas o lo traidor a otras? Es el planteamiento que siempre discuto con mis colegas neurocientificos, se trata de un ejemplo de los límites de la neurociencia y la subjetividad. Siempre se quedan con la boca abierta y no dicen más.
Si Jesucristo pudiera ser reencarnado por la inteligencia artificial (IA), ¿qué pensaría de nosotros en México, con tanto muerto y miseria en las calles? La Semana Santa es la conmemoración de los cristianos sobre los últimos momentos de Cristo en la Tierra, cuando fue traicionado, juzgado, asesinado, enterrado y resucitó. Y aún hoy día es que muchas personas retan a la muerte esperando resucitar en su ignorancia, creyéndose cristo, despreciando la vida propia y la de los demás.
Supongamos que estamos en el año 2050, y que las maquinas sofisticadas de inteligencia artificial llegaron para responder nuestras preguntas fundamentales sobre la vida y la muerte, que hoy no tienen respuesta, pensando a largo alcance como si fuese telepatía y manejando otros objetos a distancia de manera autónoma, sintiendo lo que sucede a su alrededor y dominando la realidad.
Justamente el diseño de la mente es algo que Dios logró, como el cuerpo en su conjunto, de manera enigmática; ahora las personas se preguntan hasta dónde podemos llegar como humanos para hacer un diseño inteligente de la mente que sea obra de la ciencia humana.
Las ideas de Elon Musk al implantar chips en el cerebro de una cerda para hacerla “saludable y feliz” parecen un invento gringo más, y lo es, considerando que busca por medio de estimulación electrónica en el cerebro hacer que las personas corrijan la pérdida de memoria, pérdida de audición, ceguera, parálisis, insomnio, dolores agudos, daño cerebral, algo que es loable, sobre todo en personas que tienen problemas neurogenerativos, psiquiátricos y neuropsicológicos que requieren hoy de intervenciones costosas e inaccesibles (porque no se han desarrollado) para la mayoría de la gente.
Otro de los fracasos que se cometen reiteradamente, retando a Dios en la creación de la mente, es pensar que se puede guardar la memoria por criopreservación, congelando el cerebro para activarlo después de la muerte de la persona, algo que recuerda al cuento de Mary Shelley con su Frankenstein, ese moderno Prometeo que intenta arrebatar el fuego sagrado de la vida a la divinidad, creando a un nuevo hombre a partir de restos humanos.
Justamente el tema de la inteligencia artificial nos muestra la moral científica, los intentos (que aplaudo) para mejorar la vida de muchas personas que sufren problemas psicológicos que se ubican en el sistema nervioso central, en el cerebro y en sus órganos subyacentes, y también la hipocrecia de los gobiernos que tenemos cuando hablan de ciencia pero invierten sólo en proyectos mediocres a la medida de sus amigos aplaudidores, no de los problemas que enfrentamos los que trabajamos en temas de salud mental de manera seria, dedicada y sostenida.
El problema con esos inventos de IA es su exceso, queriendo corregir la depresión, la ansiedad o la adicción por medios que nunca han tenido éxito, abusando nuevamente de la medicalización abusiva.
Esos supuestos al día de hoy es difícil pensarlos cuando existen variables que las maquinas no han podido dominar, como el deseo humano, esa forma de expresión donde las cosas llegan y ya no son lo que deseábamos, porque ahora el deseo se ha reformado.
Tambien la política, algo que en nuestros países no ha logrado entenderse en su potencia ni en sus aberraciones, generando que poblaciones enteras vivan (y sufran) las decisiones de un grupo de personas, muchas veces que piensan sólo para sus grupitos y hacen las cosas a la medida de sus pensamientos.
Problemas tan diversos como las violencias, la ignorancia, el racismo, la avaricia o la envidia son problemas humanos que difícilmente puedan ser superados por la vía de la inteligencia artificial, sin embargo los avances tecnológicos prometen avances que con científicos serios pudieran avanzar en respuestas sociales desde la IA.
Causas y azares…
• La corrupción y la ineptitud en la Secretaria de Salud no alcanzó la bandera blanca del presidente, y sigue manifestándose porque los mismos de siempre tienen esa institución secuestrada y con servicios tercermundistas, como sus autoridades.
• La nueva presidenta de Mexico se va a encontrar con un problemón en la Secretaria de Salud, algo que todo mundo conoce y padece, con la ineptitud y el saqueo profundizado en el gobierno del presidente Lopez Obrador. Esperemos que los nuevos soplanucas no se ganen un espacio en esa área nacional tan sensible.
Hasta la próxima, que todas las familias felices se parecen unas a otras; pero cada familia infeliz tiene un motivo especial para sentirse desgraciada.
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