Sánchez Esquivel: resistir al fuego amigo
Por: Efraín Flores Iglesias
En su libro “Marketing para el liderazgo político y social: Autoridad y poder, cómo obtenerlos y retenerlos”, Ricardo Homs señala que “retener el poder siempre ha sido la obsesión de quienes detentan el control político” y que “la política, hoy más que nunca, depende de la percepción pública”.
En efecto, el poder es una adicción y quienes han tenido el control político ya no lo quieren soltar. Pero también es necesario señalar que no todos los poderosos son iguales. Cada actor político tiene un estilo propio para hacer política. Algunos, más cercanos al pueblo, y otros, que viven en un mundo color de rosa.
En algunos casos, los actores políticos generan las condiciones para que los ciudadanos o una asamblea los ratifique para seguir al frente de un cargo (comisaría municipal, Alcaldía, Cámara de Diputados o el Senado de la República).
No es fácil mantenerse en el poder y no todos resisten los golpeteos mediáticos orquestados por los opositores, mucho menos en estos tiempos de la “Cuarta Transformación”, en que los peores adversarios son los de casa y no los de afuera.
Se entiende que quienes han tirado la “toalla” ha sido porque han recibido fuertes presiones, ya sea de la misma sociedad o de los adversarios (internos o externos), como ocurrió en octubre de 2014 con Ángel Heladio Aguirre Rivero, quien solicitó licencia al cargo de gobernador un mes después de los lamentables hechos ocurridos en Iguala, en donde fueron agredidos y desaparecidos 43 normalistas de Ayotzinapa.
Aguirre Rivero hizo hasta lo imposible para permanecer en el poder, pero las presiones trascendieron más allá de las fronteras. Y cayó.
Guerrero ha sido, desde su fundación, uno de estados de la República con más conflictos políticos y sociales. Muy pocos gobernadores han terminado el periodo para el cual fueron electos en las urnas.
Pero no solamente han caído gobernadores, sino también los responsables del poder político en el Congreso local, sobre todo, en la era de la 4T.
En la LXII Legislatura hubo cuatro presidentes de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), derivado de sus pugnas internas. El primero en encabezar dicho órgano de gobierno fue Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, fallido aspirante a la candidatura a gobernador por Morena. Y le siguieron Antonio Helguera Jiménez, Jesús Villanueva Vega y Alfredo Sánchez Esquivel.
La imagen de la bancada de Morena hacia afuera, cayó por los suelos. Y la opinión pública fue muy severa.
Los desencuentros entre los legisladores morenistas les pegó seriamente en las urnas en 2021, ya que no fueron capaces de retener uno de los distritos que ganaron en 2018.
En la LXIII Legislatura hubo diputados de Morena que se reeligieron, como son los casos de Alfredo Sánchez Esquivel, Yoloczin Lizbeth Domínguez Serna, Antonio Helguera Jiménez y Carlos Cruz López.
Antes del 1 de septiembre de 2021, la mayoría de los legisladores morenistas votaron en una plenaria para que Alfredo Sánchez Esquivel siguiera al frente de la fracción parlamentaria y, por consecuencia, al frente de la Jucopo.
Es cierto, no todos estuvieron de acuerdo, pero era el que tenía el apoyo de la mayoría de los 22 legisladores de dicha bancada, tal y como ocurre ahora.
Durante las últimas semanas ha recibido ataques desde diversos frentes, pero el oriundo del municipio de Ayutla ha resistido al fuego amigo y ha manifestado que no está aferrado al cargo.
Lo han señalado de muchas cosas, pero nadie le ha comprobado nada.
Algunas mentes perversas lo han querido confrontar con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda y con el senador Félix Salgado Macedonio, pero el presidente de la Jucopo ha sido muy puntual en señalar que él es respetuoso del trabajo que realiza la titular del Poder Ejecutivo estatal y de su investidura, así como del senador “Toro”.
En una reciente entrevista que le hizo mi amigo Alejandrino González Reyes, director de la revista digital “La Brújula”, señaló que la gobernadora tiene colaboradores que le están quedando a deber mucho al estado de Guerrero. ¡Zas!
También aclaró que él no creo ningún frente en contra de nadie, y que su función es buscar los acuerdos necesarios para fortalecer la gobernabilidad en la entidad.
Los diputados que lo quieren “tumbar” de la coordinación de Morena y de la Jucopo deben entender que la política es sumar y no restar. Mejor deberían dedicarse a legislar más y atender las demandas de sus representados.
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