Por: Álvaro Venegas Sánchez
Por cita programada con mes y medio de anticipación en el Hospital de la Luz, con mi esposa tuvimos que ir a la ciudad de México el jueves 20. Ella a revisión después de una operación por glaucoma y yo por tratamiento de retina. Ante la movilización de la CNTE, nos preocupaba faltar. Al salir de la central pedí de favor al taxista comprarme La Jornada en el primer puesto de venta. Lo hizo, pero sin recato dijo: “este periódico no lo leo porque siempre habló bien de López Obrador y ahora de la presidenta”. Bueno, habló en sus formas. Agradecí el favor y opté por guardar silencio ojeando los encabezados de las notas.
}A las 16 horas, retornar fue peor. El taxista que aceptó regresarnos a la central taxqueña condicionó a pago doble por el caos para atravesar el centro de la ciudad. Y volví a escuchar denuestos por los bloqueos con adjetivos y descalificaciones a los maestros; también contra los gobiernos de Morena que se los permiten. Ni cómo refutar, callé otra vez.
Las acciones ese día incluyeron bloqueo de siete horas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, la caseta México-Cuernavaca, plantón en el zócalo, obstrucción de carreteras, vías férreas y toma de oficinas en ciudades del interior de la República. Al respecto imagino que, lo que escuché de dos taxistas, a muchas otras personas habría ocurrido lo mismo. Manifestaciones así, con o sin justificación, perjudican a la ciudadanía. De cara a ella, quién habría ganado políticamente: ¿la CNTE o el gobierno federal? Los que tuvieron que retrasar viaje, los que no pagaron casetas de peaje, los que no llegaron a tiempo a un compromiso para algún trámite o gestión ¿estarán realmente agradecidos con la CNTE y muy indignados contra Sheinbaum?
Dos días antes, en la Conferencia del Pueblo, la presidenta informó haber hablado con maestros de Chiapas, pero iba atender a otros también de la CNTE. Posteriormente, comentó el contenido de la reunión que sostuvieron. Pidieron retirara la iniciativa que envié a la Cámara de Diputados, su demanda central, y no tuve inconveniente; había confusiones y malos entendidos. Los puntos que benefician “los vamos impulsar por decreto administrativo y no haremos nada que perjudique el bienestar de los trabajadores”.
Los resultados del encuentro en Palacio Nacional, cualquiera pensaría que fueron buenos. Por tanto, el paro y las acciones de la CNTE carecían de razón. Pues no. Con todo y que alguien de la CNUM ufano dijera “la doblamos” refiriéndose a la presidenta, justificaron: eso no estuvo en la mesa de negociación y lo hablado con ella quedaba sujeto al análisis y decisión de la asamblea nacional. Y tal vez a presión del magisterio en plantón y en las calles, priorizaron la abrogación de la reforma del 2007 y advierten: si el 8 de mayo no obtienen la repuesta que quieren, habrá paro indefinido. Pues así será. Claudia Sheinbaum, cuyo gobierno tiene vocación social, no puede actuar como Milei o Trump quienes, en lugar de arreglar descomponen más cosas.
En relación a la reforma de Calderón en 2007, el compromiso es congelar el incremento de edad y mantenerla en lo establecido en el 2024 para no llegar al 2028 aumentándola cada dos años. Así, las maestras podrán jubilarse a los 58 años y maestros a los 60, con la perspectiva de recibir todas a los 60 años la pensión universal. Aquí cabe preguntar ¿y dónde quedaría la igualdad de género? ¿No hay feministas en el magisterio? Otra ¿no sería correcto establecer también un retiro OBLIGATORIO por edad? Hay personal con casi ochenta años, son ya improductivos, pero no quieren retirarse porque, comentan, ¿qué voy hacer en casa? Hasta el Papa le aplican tal criterio de retiro por edad. Podrían diseñar auspicios laborales con cambio de actividad para esos casos e incorporar a quienes están esperando oportunidad de trabajo.
En el tema de la USICAMM, relacionado al ingreso, promoción y reconocimiento de los docentes, ante el recelo de la CNTE para quien “los foros son pura simulación”, la presidenta sorprendió con una propuesta seria y atrevida; que no sea nada más la opinión de los dirigentes “hagamos foros de consulta escuela por escuela”. Rebasó por la izquierda. Ni idea tengo cómo sería la organización.
La estructura sindical es por Delegaciones y Centros de trabajo a los cuales, con base a la cantidad de miembros, pertenecen una o varias escuelas. Ejemplo: en Guerrero podría haber quizás mil 250 Delegaciones, pero en conjunto escuelas primarias, preescolar, secundarias, educación indígena, etc., son mucho más. En lo personal, me gustaría una consulta de ese tamaño, pero de contenido educativo, pedagógico, incluso administrativa para disminuir carga burocrática o de impacto social para incluir a los padres de familia, y no con el propósito único de responder una demanda GREMIAL. Sin embargo, así fue el planteamiento; sólo queda desear éxito y que sirva para atenuar el conflicto.
Iguala, Gro., marzo 24 del 2025