Por: Isidro Bautista Soriano
¿Qué le dice este encabezado de periódico: Aumentan homicidios y extorsión en Guerrero? Podría decir usted: ah, pues, nada. Ya lo sé. Todo mundo lo sabe.
Y ¿esto como agregado del encabezado: La investigación es lenta por falta de personal? Podría decir usted: ah, pues nada. Ya lo sé. Siempre ha sido así.
Y ¿que la información contenida, en este caso descrita por Diario 21, de Iguala (y que también publicaron lo mismo en el fondo Despertar del Sur y El Sol de Chilpancingo) haya sido aportada por la fiscal general de Guerrero, Sandra Luz Valdovinos Salmerón? Podría usted decir: Ajá, y ¿eso qué?
Y así pudiera ser la respuesta de muchos, por no decir de casi todos, porque la violencia está convertida hoy en pan de cada día.
La heredó la 4T por la corrupción desatada a todo lo que dio en los gobiernos anteriores: salpicó a más no poder. Ahí está García Luna encarcelado como el más claro ejemplo.
Y ahora crece con la gente entretenida en un sinfín de distractores. El más penetrante: la elección presidencial con cuatro actores de primera: Claudia, Ebrard, Adán y Monreal. Aunque aún de ley no son los tiempos, pero los cuatro están prácticamente en campaña, sin que nadie los frene, porque hacen olvidar las penas.
La frase de AMLO cacaraqueada de al diablo las instituciones está puesta por obra en todos lados.
La violencia sube y sube, como también cobros de piso, secuestros, etcétera, etéctera, y la autoridad, bien gracias, como lo dijo en la nota de referencia la fiscal, casi atada de manos a falta de personal, y la falta de personal, a falta de dinero, como pasa en el resto del país.
No obstante de que López Obrador afronta a su manera al crimen organizado, a su manera, este mal crece peor que todo cáncer.
Ojalá no ocurra como en los tiempos de Noé. Anduvo 120 años diciéndole a la gente: aguas, aguas, aguas, porque esto se convertirá en diluvio. La gente, en lo suyo, distraída en los placeres del mundo, con circo, maroma y teatro. Lo tildaron de loco, y le hacían burla; le decía la gente: ¿cómo pues va a llover aquí? ¿no pasa nada? Que siga la fiesta.
Quiso reaccionar demasiado tarde: cuando el agua estaba en el cuello, así como cuando uno comienza con una copa, vamos una copita, y termina borracho.