México es un país con una gran riqueza cultural con cerca de 133,2 millones de habitantes y también se destaca por su variedad culinaria. Sin embargo, un dato no tan agraciado es que, México ocupa los primeros lugares a nivel mundial en temas de obesidad.
Esta realidad se debe a que gran parte de sus habitantes no saben cómo alimentarse sanamente, donde también factores como la inactividad física propician una población sedentaria e insana. Sobretodo, esta problemática se da en la alimentación proporcionado en los centros escolares.
Actualmente, las escuelas en México son entornos que promueven la obesidad infantil. A pesar de que hace 8 años existe una regulación que prohíbe la venta de comida chatarra en estos ambientes, el 51 % del total de alimentos y bebidas que se vende es comida artificial, la venta de frutas y verduras solo es del 4,3 % y el 17.3 % de las escuelas cuentan con bebederos.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO-ONU) y la Organización Panamericana de la Salud, las escuelas pueden ser un ambiente ideal para promover hábitos alimentarios desde la niñez. Sin embargo, es algo que no se está dando debido a las circunstancias ya mencionadas.
Hoy en día es un desafío mantener una alimentación balanceada debido a la existencia de industrias y su producción de comida rápida. Llevar un estilo de vida saludable conlleva muchas decisiones, las cuales implican determinar un plan de alimentación equilibrado y saludable teniendo en cuenta:
–Consumir alimentos con poca cantidad de grasas trans colesterol, grasas saturadas, exceso de sal y azúcares adicionales.
–Escoger alimentos que se mantengan dentro de las necesidades calóricas diarias.
–Resaltar la importancia del consumo de frutas, verduras y cereales. Alimentos que contienen magnesio, un mineral esencial para la salud del cuerpo y cerebro.
–Incluir carnes, aves, pescado, frijoles, huevos y frutos secos.
Muchos mexicanos consideran que llevar una alimentación saludable basado en el equilibrio es sinónimo de renunciar a sus alimentos favoritos. Se puede disfrutar de alimentos con un alto contenido de calorías, grasas o azúcares. Lo recomendable es hacerlo de vez en cuando, es decir, con menos frecuencia, acompañado de actividad física y alimentos más saludables.
Debido a que esto implica generar nuevos hábitos, específicamente sobre los menores que son los más vulnerables, se ha presentado una campaña ante la falta del cumplimiento de la regulación de los alimentos en ambientes escolares, con escuelas 100 % libres de comida chatarra.
El Poder del Consumidor (EPC) y la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM) presentaron acciones que proponen una alimentación consciente y libre de comida insana. Su objetivo es dar a conocer la regulación a través de herramientas informativas dirigidos a supervisores de zona, personal directivo y la comunidad escolar para dar a conocer sobre la existencia, contenidos, funciones y roles de la ordenación de la venta de alimentos y bebidas en escuelas. Sus recomendaciones sugieren las siguientes medidas clave para cumplir con la ley:
-Vender frutas y verduras diariamente.
-No vender alimentos ultraprocesados.
-No vender refrescos ni bebidas con azúcares artificiales.
-Proveer agua de calidad para consumir.
Por otro lado, marcas que conocen la realidad que presenta México también deciden colaborar con el estudio sobre su alimentación.
Nestlé publicó el libro “Qué y cómo comemos los mexicanos. Consumo de alimentos en la población urbana” que muestra un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Pública y el Fondo Nestlé para la Nutrición de la Fundación Mexicana para la Salud, que describe la alimentación de bebés, niños y adultos en zonas urbanas representando el 80% de la población del país, a fin de establecer herramientas para resolver el problema de desnutrición.