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Pekín, China. Algunas ciudades chinas como Pekín, Cantón (sureste), o Chengdu (centro) relajaron algunas de sus restricciones contra los rebrotes de COVID-19, después de unas jornadas de protestas y de que la viceprimera ministra Sun Chunlan declarase que China está en una «nueva situación» de la pandemia.


Aunque la capital china se enfrenta al mayor rebrote de covid de su historia, algunos centros comerciales del distrito comercial de Chaoyang reabrieron este jueves sus puertas, que permanecían cerradas desde hace algunos días, durante los cuales la mayoría de restaurantes han aceptado solo pedidos a domicilio o para llevar y numerosos lugares públicos se hallan clausurados.


Además, las autoridades pequinesas declararon en las últimas horas que ancianos, gente que trabaje en casa o personas con movilidad reducida pueden no participar en las pruebas PCR rutinarias, aunque los lugares públicos, incluyendo hospitales, seguirán pidiendo a los asistentes mostrar una prueba negativa realizada en las 48 horas previas para poder acceder.


Las pruebas de ácido nucleico realizadas en las 72 horas previas o menos son necesarias en las ciudades chinas para acceder a lugares públicos como supermercados, parques o tiendas, dando pie en ocasiones unas largas colas en las cabinas de tomas de muestras que han creado descontento en la población.


La directriz de «cero covid», a la que China permanece aferrada desde hace más de dos años, consiste en el aislamiento de todos los contagiados, estrictos controles fronterizos, confinamientos parciales o totales en los lugares donde se detectan casos y pruebas PCR constantes a la población urbana.


Sin embargo, medios locales informan de que algunos vecindarios de la capital han comenzado a permitir a algunos contagiados de covid considerados vulnerables -embarazadas, ancianos, entre otros- hacer cuarentena en casa mientras dure su infección, lo que supone un giro considerable con respecto a la política vigente durante estos años.


El requisito de aislamiento es uno de los puntos más controvertidos de la directriz dado que las ciudades que se enfrentan a grandes rebrotes, para alojar a todos los contagiados y sus contactos, han de recurrir en ocasiones a instalaciones provisionales y prefabricadas con malas condiciones de salubridad y problemas de acceso a atención médica.


A medida que el virus se extiende por China, que registró este miércoles casi 36 mil infectados, una de las cifras más altas desde que comenzó la pandemia, crece el temor a ser llevado a una de dichas instalaciones provisionales entre una población que hasta ahora había considerado improbable contagiarse o ser contacto cercano de un infectado.

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