Por: Álvaro Venegas Sánchez

A propósito de la celebración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas (9 de agosto), Jesús Plácido, dirigente del Consejo Indígena y Popular-Emiliano Zapata (Cipog-EZ), desde la Montaña Baja de Guerrero manifestó: “al igual que nuestros hermanos indígenas de Chiapas, Oaxaca, Guanajuato, Zacatecas, Chihuahua, en Guerrero no tenemos nada que festejar; nos siguen asesinando y desapareciendo con la complacencia de los tres niveles de gobierno, hoy estamos peor que en 1521”. Sin duda problemas hay; pero la afirmación del representante a todas luces es temeraria.


En 1521, la imposición del régimen político, económico y cultural de la Corona española estuvo indisolublemente ligado con la cristianización, pues por medio de ella se justificaban la explotación de los nativos, la sujeción al monarca y a sus autoridades civiles y eclesiásticas, así también la imposición del sistema de valores, creencias y prácticas occidentales. La conquista y “civilización” fueron fatales, salvajes. Nuestros ancestros fueron masacrados, sometidos, esclavizados. ¿Existen hoy rezagos injustificables? Por supuesto que sí. Sin embargo, reconocerlo implica considerar los regímenes que el pueblo de México ha padecido.

Algunos de ellos vieron a los pueblos indígenas sólo como folclor y no sujetos de derecho; así lo dijo y lo dijo bien Claudia Oliva Morales, presidenta del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). Además, destacó que más allá de la legislación, persisten individuos en muchos sectores (políticos y sociales) con actitudes clasistas y racistas contra las comunidades originarias y el pueblo afroamexicano. Explicó: el tono de piel, hablar una lengua, vestir el atuendo tradicional y tener otra cosmovisión detona actitudes discriminatorias, “como nos ven nos tratan”.


Justo el día que el Cipog-EZ conmemoraba, otros tres pueblos por separado hacían lo mismo en Chilpancingo, señal evidente de división de los pueblos oriundos de Guerrero: me phaa (tlapaneco), nahua, ñuu-savi, se denomina también mizteco, y ñomdaa, (amuzgo).

Asimismo, en la Ciudad de México, la asamblea del Consejo Nacional de Pueblos Indígenas (CNPI), en su segundo día de trabajo celebró la publicación en el Diario Oficial de la Federación el Catálogo Nacional de Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas y la aprobación por unanimidad del dictamen del proyecto de decreto que modifica el artículo segundo constitucional sobre derechos de esos sectores de la población. Por su parte, la diputada electa por Morelos, Guillermina Maya Rendón sostuvo: el CNPI no descansará hasta que la 66 Legislatura, que iniciará en septiembre, apruebe la reforma constitucional presentada por el presidente López Obrador sobre derechos de los pueblos indígenas y afromexicanos. AMLO demuestra así que para él no son folclor.


En ese contexto, festivo y de exigencias, el Movimiento de Pueblos, Comunidades y Organizaciones Indígenas (Mpcoi), dio forma a la Megacalenda 2024, iniciando en el Ángel de la Independencia con más de 2000 integrantes de diversos grupos indígenas en 25 contingentes mostrando sus bailes y representaciones artísticas para recordar al país que México es pluricultural y plurilingüe.

Volviendo al sentido del primer párrafo, simplificar no siempre es lo mejor. Querer lograr un deseo está bien, pero la realidad cuenta, incluso se impone. Para resolver no basta sólo voluntad; sobre todo reconocer que hubo gobiernos sucesivos que lo menos que les interesó fue valorar y sacar de la marginación a los pueblos originarios. Recuerdo a Vicente Fox. Gobernó del 2000 al 2006; siendo candidato dijo que el asunto de EZLN, en Chiapas, lo resolvería en 15 minutos ¿Y?

La historia está llena episodios y datos increíbles. Los enemigos de Benito Juárez, generaron una leyenda de que era anti indígena. Felipe Ávila, acaba de recordarnos que Rosario Castellanos, mucho tiempo sufrió por la muerte de su hermano, que falleció por una infección intestinal, pero la familia la hizo sentir que hubieran preferido que muriera ella, ocasionando que se hiciera tímida e introvertida y encontrara refugio en los libros convirtiéndose en la escritora feminista que cuestionó la opresión de la mujer indígena y la sociedad patriarcal de hace más de medio siglo.


Cierto, las luchas sociales son buenas en la medida que sólo con ellas se hacen visibles los problemas y las necesidades. Por lo mismo, más allá de estridencias y despropósitos, merecen respeto.

Iguala, Gro., agosto 12 del 2024.

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