“Nadie merece ver cómo están cavando su fosa”

Mateo Torrrez

Por José Eduardo Cruz Carbajal

¡Te extraño!¡Te extraño mucho, mucho! Extraño tu compañía, extraño nuestras carcajadas, nuestras charlas en la madrugada y al anochecer, todo era tan lindo, tan real, tan mágico, tan cierto, tu presencia conmigo era lo mejor de todo, me extraño a mí siendo feliz contigo, me pesa haber sido yo quien puso fin a la vida que teníamos juntos, a la vida que planeamos, extraño esa casa n donde solo seríamos tú y yo, haciendo realidad todo lo que soñamos, ¿Fui un mal amor? ¿Tan grave fue mi falta que ahora no me quieres cerca de ti?

Me pesa no tenerte, tu ausencia me duele, me lastima mucho, es una herida abierta, mi corazón está hecho pedazos, ¿A caso no merezco una segunda oportunidad? No sé si algún día podre perdonarme a mí mismo el dolor que te he causado, peor aún no sé si algún día tú podrás perdonarme, este dolor es tan grande para ser soportado, tu ausencia duele, está siendo mi peor castigo.

No puedo negar mi amor por ti, mi corazón te añora, te desea, siempre estará esperando tu regreso, ¿A quién quiero engañar? El amor que me diste ha sido la experiencia más linda de mi vida, y lo quiero de vuelta, sería un mentiroso al decir que ya no siento nada por ti, mi corazón está herido, a veces siento que se está desangrando y muriendo en vida, ¿Por qué amado mío? ¡No nos merecíamos un final así! ¡Solo éramos nosotros y nuestro amor! Todo el mundo merece un gran amor, ¿No? No nos neguemos el nuestro, la vida ya nos arrebato muchas cosas no nos neguemos nuestra mutua compañía en un mundo que parece ensañado contra nosotros.

Tu ausencia en mi vida será mi eterna condena, ha dejado preguntas que no tienen respuestas, me ha hecho cuestionarme el por qué destruí lo que más amaba, ¿A caso iré destruyendo todo lo que es importante para mí? ¡Definitivamente eso es algo que no quiero hacer! ¡Odio esto! ¡Odio que no estés conmigo! Me veo en el espejo y mi mirada ha perdido su brillo, el brillo producido por ti, por tu amor, por tu presencia en mi vida.

Sé que estoy viviendo las consecuencias de la que considero ha sido la peor decisión de mi vida, yo te quería en mi vida para siempre, y aun ahora lo deseo así, no he cambiado de parecer, sin embargo, entiendo tu dolor y tu rechazo hacia mí, y no te juzgo por ello, seguro tu corazón está dolido también, mi corazón está dispuesto a ti amado mío, sé que necesitas estar a solas para sanar tu dolor, solo quiero que sepas que cuido de ti doblando mis rodillas cada noche, para que allí donde yo ya no puedo estar acompañándote, Él sea contigo, llenándote de su plenitud.

*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala, Guerrero) es psicólogo con estudios en tanatología. Contacto: psiceduardo15@gmail.com

Referencias:


Silvera, A. (2017). Al final mueren los dos. México: Ediciones Urano.

Comparte en: