Por: Servicios AINI


Ciudad de México, Mayo 17.- Hace unos días, el planeta se vio afectado por una serie de tormentas geomagnéticas que les regalaron a millones de personas la oportunidad de observar increíbles auroras boreales en lugares donde normalmente no logran percibirse.

Este fenómeno, que también provocó problemas en los sistemas de telecomunicaciones como satélites, GPS y conexiones a internet podría estar afectando al planeta más de lo que se cree, incluso en el clima.

Y es que un nuevo estudio realizado por la Universidad Estatal de Florida, sugiere que la tormenta solar podría desencadenar una ola de huracanes.

El equipo de investigadores utilizó un modelo para analizar la actividad de los ciclones tropicales durante los últimos 5 mil 500 años y encontraron 11 períodos de tiempo en los que hubo un 40 por ciento más de tormentas de lo norma.

Este fenómeno se explica debido a que la intensa actividad solar calienta los océanos, proporcionando las condiciones necesarias para la formación de tormentas tropicales.

“El papel de la actividad solar en la modulación de la actividad de los ciclones tropicales es complejo. A medida que los océanos se calientan, tienen más energía disponible para convertirla en viento ciclónico tropical, lo que potencialmente proporciona condiciones más favorables para el desarrollo de tormentas más fuertes”, explicó la autora principal del estudio, Yang Wang.

La científica y su equipo descubrieron que hubo 19 huracanes en la región del Golfo desde hace 14,10 a 820 años y 16 eventos desde hace 60 años hasta 2016, cuando el equipo comenzó a estudiar la región del Golfo de México, específicamente.

Wang también señaló que la energía del sol también puede calentar la atmósfera superior, lo que reduce la diferencia de temperatura entre la superficie y la atmósfera superior.

«Esto no sólo debilita el movimiento vertical dentro de un ciclón tropical en desarrollo, sino que también provoca cambios en la circulación atmosférica», continuó.

Finalmente precisó que los resultados obtenidos sugieren que la combinación de la actividad solar con otros factores, incluido el fenómeno del Niño que incrementa los efectos del cambio climático, crean condiciones favorables para la formación de ciclones tropicales.

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