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Pekín, China. China elevó el cerco contra Taiwán para detener el ánimo independentista de la isla, al poner en marcha sus “ejercicios militares”, como anticipó, y lanzar hasta 11 misiles; sin embargo, es su intento por amedrentar a la isla rebasó los límites de aguas japonesas.


Tal como estaba previsto, en represalia por la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, el Ejército Popular de Liberación activó su fuerza militar con proyectiles de largo alcance y otros convencionales, así como movimientos navales y aéreos, en al menos seis zonas alrededor de esta zona, como el Estrecho de Taiwán.


Y en su plan para advertir, nuevamente, a los grupos separatistas, demostró su poderío con ataques de alta precisión contra el estrecho en cuestión y las costas de la isla traspasando líneas rojas, pues al menos cinco de estos proyectiles terminaron en la Zona Económica Exclusiva (ZEE), según acusaciones del Ministerio de Defensa nipón, ampliando roces con la potencia rival histórica, misma que en conjunto con aliados del G-7 criticó la respuesta militar exagerada un día antes de esta irrupción.


Nobuo Kishi, titular del Ejército de esta otra potencia —que también visitó Pelosi en su gira por Asia—, protestó públicamente por las acciones del régimen de Xi Jinping al advertir que, además de asediar territorios vecinos, provocó “un problema grave” al afectar sus aguas en la isla Hateruma.


De manera tajante, a nombre del gobierno japonés, tachó de “amenazas graves a la seguridad nacional” los actos registrados en una zona que se ubica a unos 250 kilómetros de las costas de Taiwán, pero no adelantó qué tipo de respuesta habrá sobre estas hostilidades.


Y aunque China evitó hablar sobre el tema lanzándose nuevamente contra Estados Unidos, al que calificó como “el mayor saboteador de la paz”, el Partido Comunista oriental precisó que los lanzamientos ocurrieron al norte, este y sur de la isla y que todos “dieron en el blanco con precisión”, sin hacer mención a los hechos denunciados por el gobierno japonés, como si la situación de riesgo no hubiera pasado.


Ante la embestida sin precedentes, Taiwán reiteró que sus fuerzas están preparadas para garantizar la seguridad regional y amenazan a la democracia. De acuerdo con un comunicado, el gobierno de Tsai Ing-wen activó desde las primeras horas de ayer sistemas de vigilancia temprana para monitorear estos misiles, luego de varios días de realizar simulacros para alertar a la población, mismos que incluyen el resguardo en los refugios antiaéreos.

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