Servicios AINI
Ciudad de México. Para el sociólogo Abel Piña, el culto a la virgen de Guadalupe, que cuenta con más de cuatro siglos de tradición, sigue siendo el símbolo de expresión más dominante en la religiosidad mexicana, dice que es un acto que va más allá de la fe, pues se trata de “un símbolo de identidad nacional”.


El sociólogo de la UAM, recordó que el 12 de diciembre de cada año, es la fecha en la que millones de creyentes profesan su culto con mayor devoción acudiendo al cerro del Tepeyac a pedir ayuda o “dar gracias por favores recibidos”, además, dice que “esto se vuelve una fiesta nacional”.


La mañana del lunes el alcalde Francisco Chíguil detalló que el interior de la Basílica de Guadalupe tiene una capacidad para recibir a 10 mil personas en su interior, y que el acceso máximo que tienen son de seis mil 600 personas por minuto, que son las mismas, dijo, que estarán circulando.


Para Piña es importante resaltar que el fervor “pareciera desaparecer, pero no es así, incluso aunque cada vez menos jóvenes profesan una religión, sigue existiendo esta creencia, casi siempre heredada a la virgen de Guadalupe”, dijo.


En el último censo del INEGI, realizado en 2020, respecto a religiosidad, aunque la religión predominante en México es el catolicismo, “hay indicadores bien claros que indican que la caída de feligreses es cada vez mayor”, dice el sociólogo, pero para los católicos, lo que parece ser más crítico es que la mitad de quienes se siguen considerando católicos ni siquiera acude a misa los domingos.

En el último censo de 2020 del INEGI, respecto a religión, un 77.7 por ciento de los encuestados manifiesta ser católico; 7.9 por ciento protestante o evangélico cristiano; un 6 por ciento declara creer en dios pero sin estar afiliado a ninguna religión, pero un 8.1 por ciento se declara abiertamente ateo.


Al ser cuestionado en torno a sus prácticas religiosas, de ese 77.7 por ciento la mitad afirma que no asiste a misa los domingos y en generala solo en ocasiones especiales, como bodas, bautismos o sepelios, acude a alguna ceremonia religiosa, tampoco sigue la liturgia eclesiástica en eventos y periodos especiales, como los de cuaresma y semana santa, considerados más bien como periodos vacacionales desvinculados por completo de la religión.


“La tendencia más fuerte hacia el ateísmo y el distanciamiento de la religión se esta presentando entre la población joven, que está entre los 18 y los 30 años de edad, lo que parece el seguimiento de una tendencia que se está presentando en los países desarrollados, especialmente en los europeos, donde hay países como Francia y España, anteriormente muy católico, donde el ateísmo alcanza ya al 50 por ciento de la población, pero en México, en el rango de esa edad la disminución, es una inconstante, que aún no se alcanza a medir”, refirió el especialista.

Comparte en: