Por: Servicios AINI
Ciudad de México, Octubre 7.- Siete de cada 10 familias en México padecieron durante la pandemia de Covid-19 la pérdida de empleo de uno de sus integrantes o un recorte en las remuneraciones, pero las transferencias de gobierno sólo llegaron a tres de cada 10, reportó el Banco Mundial este miércoles.
De acuerdo con el organismo, sólo 30 por ciento de los hogares en México recibieron un apoyo público en el arranque de la crisis desatada por el confinamiento –la principal medida para mitigar la velocidad a la que avanzaba la pandemia de covid-19–; sin embargo, en 70 por ciento se perdieron ingresos, ya sea por un recorte en la remuneraciones de sus integrantes o porque alguno de ellos de plano perdió su fuente de trabajo.
Guerra “amenaza con empeorar las cosas”
En un reporte, el Banco Mundial mostró que la pobreza en el país aumentó en 4.2 puntos porcentuales, respecto al nivel previo a la pandemia de coronavirus, alza que prácticamente no fue mitigada con políticas fiscales para atender la emergencia.
En un recuento de los avances de la pobreza a escala mundial, el organismo califica de “poco probable” que en 2030 se logre erradicar la pobreza extrema a nivel global, pues se requeriría un crecimiento económico sin precedente para el resto de la década. La pandemia de Covid-19 “supuso el mayor revés” para esta tarea “y la guerra en Ucrania amenaza con empeorar las cosas”, advierte.
“El Banco Mundial estima que la pandemia empujó a 70 millones de personas a la pobreza extrema en 2020, el mayor aumento en un año desde que comenzó el monitoreo de la pobreza global en 1990 (es decir, en 30 años). Como resultado, se estima que 719 millones de personas subsistían con menos de 2.15 dólares (alrededor de 43.24 pesos) por día al cierre de 2020”, reporta el organismo.
En su informe Pobreza y prosperidad compartida, indica que 2020 marcó un “punto de inflexión histórico”, la desigualdad mundial aumentó por primera vez en 30 años, impulsada por los apoyos fiscales que se pudieron permitir los países de altos ingresos.
“Las personas más pobres soportaron los costos más elevados de la pandemia”, recalca el Banco Mundial. El 40 por ciento de la población más pobre tuvo, en promedio, pérdidas de ingresos de 4 por ciento, mientras en el 20 por ciento de la más acaudalada esta reducción fue de la mitad.
“El progreso en la reducción de la pobreza extrema se ha detenido esencialmente junto con el crecimiento económico mundial moderado”, comentó David Malpass, presidente del Banco Mundial. Reconoció que a esta preocupación se suman el incremento de la desigualdad provocada por la inflación, la depreciación de las monedas y las crisis superpuestas más amplias que enfrenta el desarrollo. “Significa una perspectiva sombría para miles de millones de personas en todo el mundo”, advirtió.
El presidente del Banco Mundial consideró que en este panorama, una alternativa en mantener el statu quo, las políticas conocidas y las que hasta el momento se han llevado a cabo: “desaceleración del crecimiento mundial, tasas de interés más altas, mayor aversión al riesgo y fragilidad en muchos países en desarrollo”.
La otra ruta, “la necesaria”, requiere “ajustes de las políticas macroeconómicas para mejorar la asignación de capital global, fomentar la estabilidad de la moneda, reducir la inflación y reiniciar el crecimiento en el ingreso medio”, agregó.