Por: José Eduardo Cruz Carbajal
“Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en Él esperaré”.
Lamentaciones 3:24
Iguala, Guerrero, Febrero 11.- Querido doliente: Aquí estoy… ¡Acompañándote! Sé que este tiempo ha sido complicado para ti, quiero que sientas mi cariño y mi cercanía hacia ti a través de estas líneas. Hoy quiero hablarte acerca de algo muy importante: las frases que la gente utiliza para darnos consuelo en el duelo. Frases que son trilladas, baratas y sin sentido, no ayudan en nada, y a pesar de saber que son inútiles parece que no pierden vigencia. Sé que debí haberte hablado de esto antes, pero creo que nunca es tarde. Así que empezaré. La más común: Lo siento mucho, ¿La persona está consciente de lo que está diciendo? Muchas veces ni siquiera conocemos a quien ha muerto, ¿Cómo podemos sentir el peso de la ausencia de alguien con quien no teníamos una relación? Otra: Fue la voluntad de Dios, ¿En serio?, ¿Qué tipo de relación con Dios tienes tú que yo no tenga? Al grado de saber lo que Él va a hacer, o peor aún, si tu Dios decide quien vive y quien muere, ¿Qué crees? Yo no quiero nada con Él.
Ya no llores, no lo dejas descansar, ¡No puedo creer tanta estupidez! Entre el mundo de los muertos y los vivos no hay ninguna comunicación, ellos no nos pueden ver, no nos cuidan desde donde están, tú llora cuantas veces lo necesites. Tienes que superarlo, superar significa olvidar, dejar atrás, y tú nunca olvidarás a quién amas, lo llevarás contigo por siempre. Otra: Ya no pienses en eso, ¡Seguro piensas en lo sucedido todo el tiempo! Es lo que está en tu mente constantemente, y ¿Sabes algo? Nunca vas a olvidar ese espantoso día en que tu ser amado dejo esta tierra, vivirás con el recuerdo, una gran verdad que nadie nos enseñó.
Algo tienes que aprender de todo esto, ¿Es en serio? Demasiado peso es la ausencia de tu ser querido como para que a ese peso tú le añadas nuevas responsabilidades, además, ¿Qué he de aprender de la muerte? Solo deja dolor, no tiene sentido que alguien que yo amo ya no esté conmigo. Tienes que ser fuerte, ¿Y si no quiero serlo?, la ausencia me duele, me pesa, no puedo ser fuerte ante algo que me sobrepasa…esta que viene hace que el estómago se me revuelva, Dios sabe porqué hace las cosas, y claro que lo sabe, porque es Dios, solo que si Él sabe lo que hace y sabía que la muerte de mi ser querido me iba a doler tanto, ¿Por qué no hizo nada para impedirlo? ¡Qué mala onda de Dios! La lista es interminable, creo que con estas es más que suficiente, ¿Te das cuenta de lo lejos que están de ser un consuelo?
¡En el duelo, la presencia y la prudencia hacen la diferencia! Desenmascarar estas creencias erróneas es mi deber para contigo, ya que el duelo no es una receta de cocina, no es algo que se integra a nuestra vida de la noche a la mañana, toma su tiempo. Hoy te hago libre, libre de esas mentiras que en algún momento creíste que eran verdades, con el fin de renovar tu mente, y en un futuro puedas quitar el velo de los ojos de quienes sufren en silencio. ¡Consuela, así como has sido consolado! Con amor: Tu Tanatólogo.
*José Eduardo Cruz Carbajal (Iguala, Guerrero) es psicólogo y maestro en tanatología. Contacto: psiceduardo15@gmail.com