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Kiev, Ucrania. Otro capítulo sangriento se ha escrito sobre territorio ucraniano, luego de que Rusia lanzó este jueves un nuevo bombardeo masivo que golpeó objetivos militares y civiles en toda Ucrania.
Empleando profusamente armamento hipersónico, Moscú tomó revancha de la presunta incursión ucraniana en territorio ruso en días pasados.
«En respuesta a las acciones terroristas organizadas por el régimen de Kiev el pasado 2 de marzo en la región de Briansk, el Ejército ruso lanzó en venganza un ataque masivo», aseguró en su parte diario el general Ígor Konashénkov, portavoz del Ministerio de Defensa ruso.
En su momento, Mykhailo Podolyak, asesor del presidente ucraniano, negó cualquier implicación de Kiev en el supuesto sabotaje.
De este a oeste de Ucrania
Según fuentes oficiales ucranianas, al menos nueve personas murieron en el bombardeo masivo. Los bombardeos mataron a al menos cinco personas en la región de Leópolis (oeste), donde un misil cayó en una zona residencial, y a otro civil en Dnipropetrovsk (sureste).
En la región sureña de Jersón, controlada parcialmente por los rusos, los bombardeos se cobraron la vida de tres personas, dos en una parada de transporte público y otra en una tienda.
El ataque también alcanzó la capital, Kiev. Quedaron heridas dos personas y dañadas infraestructuras, inmobiliario urbano y bloques de viviendas.
La ciudad de Járkov también sufrió. 11 misiles la dejaron sin luz, agua y calefacción.
Armas hipersónicas
Kiev informó que el ejército ruso lanzó 81 misiles, tanto desde aviones como buques situados en los mares Negro, Azov y Caspio.
Konashénkov precisó que Moscú empleó armamento de precisión de largo alcance disparado desde el aire, con el que golpeó la infraestructura e industria militares, y la red energética civil.
Rusia empleó los Kinzhal, lo que fue confirmado por Kiev, que estimó en seis los misiles hipersónicos de esa clase lanzados contra su territorio.
Los Kinzhal (Daga en ruso) son misiles de emplazamiento aéreo que tienen un alcance de más de 2,000 kilómetros y una velocidad diez veces mayor que el sonido.
Este misil hipersónico de alta precisión, imposible de derribar para las baterías antiaéreas ucranianas, puede portar tanto ojivas nucleares como cargas convencionales.
“Sinceramente, no recuerdo un ataque como este”, señaló el portavoz de las Fuerzas Aéreas ucranianas, Yuri Ignat, en declaraciones a un canal de televisión en las que ha destacado la novedad del empleo de misiles Kinzhal, para los que su ejército no dispone de armas con las que hacerles frente.