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Varsovia, Polonia. Tras más de 12 horas de investigaciones, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) calmó las tensiones por una presunta escalada rusa, al afirmar que probablemente el misil que mató a dos civiles en Polonia cayó por error en esa región.


El líder del organismo, Jens Stoltenberg, y el gobierno polaco coincidieron en que la evidencia determina que éste no fue un ataque deliberado, como se sospechó inicialmente.


Por lo que atribuyeron el hecho a una falla de los defensores, zanjando que, de momento, no hay motivo para acusar a Rusia de un ataque directo ni para activar ninguna protección ante una posible agresión contra la alianza estratégica.


Agregó que las pruebas recuperadas en Przewodow apuntan a que se trató de un misil de la era soviética, contrario a la versión inicial de que podría ser de fabricación rusa, sospecha por la que aliados lanzaron acusaciones directas contra el Kremlin, y se indicaron dos escenarios, que el artefacto fue lanzado en un acto de defensa del ejército de Volodimir Zelenski o que probablemente alcanzó territorio polaco cuando las Fuerzas Aéreas desviaron la andanada de misiles que golpeó la capital el pasado 15 de noviembre.


Mientras que el mandatario de Polonia, Andrzej Duda, calificó el hecho como un “accidente desafortunado”, según declaraciones del primer ministro, Mateusz Morawiecki, en torno al deceso de dos ciudadanos, en un tema que pudo escalar a una mayor confrontación por ser el primer ataque contra una nación integrante de la OTAN.


Pero esta conclusión preliminar, no quita la responsabilidad sobre el régimen de Vladimir Putin. Stoltenberg recalcó que Moscú es responsable por la guerra de casi nueve meses, pues con sus ataques “crea situaciones peligrosas”, que ponen en riesgo a terceros, por lo que líderes que se reunieron ayer insisten en una vía para acabar con la guerra.


Postura que respaldó Estados Unidos al referir que la culpa final es de las tropas rusas, pues aunque se confirme que es un misil ucraniano esa nación está en su derecho de defenderse de un régimen que lleva más de 260 días bombardeando a civiles en varios puntos de Ucrania, principalmente en la frontera con Rusia, donde se ubican los objetivos que se trazó el Kremlin al invadirlos, y de los que finalmente se apropió cuatro el mes pasado.


Por lo que mantienen la presión sobre Moscú para poner fin a la guerra, mientras siguen las investigaciones para señalar si existe alguna amenaza.


Sin embargo, el resultado de la indagatoria no fue del agrado de Ucrania, que tras este impacto advirtió una nueva escalada de terror rusa.


El presidente Zelenski aseveró firmemente “no tengo duda de que no fue nuestro misil”, desafiando el resultado de sus aliados, según medios locales, pues contradice la información revelada, al decir que ese impacto debería reforzar la seguridad colectiva, hecho que respaldaron aliados al demandar la instalación de un sistema antiaéreo.


Y para esclarecer el origen de este proyectil solicitó a la nación vecina y a la OTAN acceso tanto a la zona donde cayó el misil como al expediente para transparentar lo ocurrido y actuar ante lo que ve como una nueva ola de terror rusa.


Insistió que el verdadero culpable es Rusia, basado en los informes de su Inteligencia, pues el Consejo de Defensa ucraniano le aseguró contar con evidencia del rastro ruso del misil en cuestión, luego de que las tropas defensoras señalaran que trataron de interceptar la mayoría de los proyectiles disparados, pero al menos 20 evadieron sus sistemas defensivos y golpearon en la infraestructura eléctrica y en viviendas.
En tanto, el régimen de Putin aprovechó la situación para lanzarse contra Occidente, pues aseveró que aprovecharon este escenario para arreciar las críticas.


Además de convocar a una reunión de emergencia al embajador polaco, tal como lo hizo el Ministerio de Exteriores de esa nación con su representante, demandó al gobierno de Duda desistir de la campaña rusofóbica que han aplicado algunos en su contra, al referir que desde el primer instante se constató que las piezas recuperadas en el lugar no corresponden a su armamento.


En tono enérgico, la vocera de Exteriores rusa, Maria Zajarova, instó a esa nación a “detener todo tipo de especulaciones antirrusas”, al señalar que ese gobierno repite políticas de Occidente para impulsar las campañas para denostar a su país, de acuerdo con declaraciones difundidas por la agencia TASS.


A este enfrentamiento directo se sumó el expresidente ruso y vicepresidente del Consejo de Seguridad, Dmitri Medvedev, y el vocero ruso, Dmitri Peskov. El primero señaló que las rápidas conclusiones antes de verificar ponen en evidencia a Occidente, pues ese sector sólo busca la confrontación, lo que a su parecer es una señal de que se están preparando para una Tercera Guerra Mundial, mientras que el otro funcionario aseveró que lo del pasado 15 de noviembre fue “una nueva reacción rusofóbica”.

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