Por: Servicios AINI


Ciudad de México, Junio 22.- Dos sacerdotes jesuitas fueron asesinados a tiros por narcotraficantes, luego que el hombre al que perseguían para ejecutarlo se refugió en una iglesia en el poblado de Cerocahui, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua

La Fiscalía del Estado lamentó los hechos, y anunció una pronta investigación y el envío de elementos a la zona para tratar de dar con los responsables.

El informe del gobierno de Chihuahua indicó que alrededor de las 18:00 horas del lunes, se recibió un reporte que indicaba que 3 personas fueron asesinadas en el poblado de Cerocahui, municipio de Urique, luego de que un hombre se refugiara en una iglesia para resguardarse de un ataque.

Sin embargo, el asesino que portaba un arma de fuego, lo ejecutó en el interior del templo, al igual que a dos sacerdotes que se encontraban ahí.

La Fiscalía de Chihuahua aseguró que “los que dos religiosos se convirtieron en víctimas circunstanciales”.

Los sacerdotes jesuitas fueron identificados como Javier Campos, conocido como el Padre Gallo, y Joaquín Mora.

Al respecto, la Compañía de Jesús condenó el asesinato de los sacerdotes, además, exigió justicia y la recuperación de los cuerpos de los jesuitas, que fueron sustraídos del templo por personas armadas.

A través de un comunicado, exigieron que de forma inmediata se adopten todas las medidas de protección para salvaguardar la vida de los jesuitas, religiosas, laicos y de toda la comunidad de Cerocahui.

Episcopado exige ‘una pronta investigación’ por el asesinato de 2 sacerdotes jesuitas

La Conferencia del Episcopado Mexicano condenó “los hechos violentos que vivimos en México y el homicidio de nuestros hermanos sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, ocurrido dentro del templo de la comunidad de Cerocahui, Chihuahua”.

A través de un comunicado, puntualizó: “Con profundo dolor e indignación, nos unimos en oración con la compañía de Jesús, por el lamentable asesinato de dos de sus sacerdotes jesuitas”.

La Conferencia del Episcopado Mexicano exigió “una pronta investigación y seguridad para la comunidad y todos los sacerdotes del país”.

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