Por: Vicky Barrios


Iguala, Guerrero, Abril 3.- Don Cresenciano Florencio de 83 años, artesano en palma, originario de Tlamacazapa, quien desde hace 30 años viene a Iguala a vender sus productos durante Semana Santa; dijo que él y varios paisanos llegan el viernes para vender las palmas del Domingo de Ramos y se van el lunes de madrugada, pernoctan los 3 días en la Iglesia de San Francisco de Asís.

Don Cresenciano nos contó que a los 19 años se casó con su esposa, quien tenía 17 años y juntos procrearon 15 hijos. “Nunca nos separamos, ella siempre me ayudaba a hacer la mercancía y a venderla, pero la pandemia de hace 2 años se la llevó, vivimos juntos 61 años”, dijo con dolor y nostalgia Don Cresenciano.

Comenzó a trabajar la palma a los 10 años, sus primeros trabajos fueron canastitas navideñas que vendían a 15 pesos la docena, ahora ya sé hacer de todo y todo lo salgo a vender yo, aunque poco le gano, porque luego va gente a «Tlama» que nos quiere comprar la mercancía por cientos de piezas, pero nos paga una miseria, ni el trabajo de ir a cortar la palma y las horas de estar sentado tejiendo, dijo.

Y agregó, trabajé en varios oficios, hablo nahuatl como mi padre y abuelo; yo no fui a la escuela porque la más cerca estaba en Tehuilotepec a 3 horas, a Taxco El Viejo también se hacía 3 horas, lo mismo que para Buenavista. Aprendí el Pepene porque quienes trabajaban fuera del Pueblo lo hablaban.

La necesidad me hizo aprender español y también poquito inglés cuando por 13 años iba a Acapulco a vender mis abanicos, bolsas, canastas, tortilleros y cubre botellas y tenía que hacerme entender con los extranjeros.

Finalmente pidió a la población ayudarles “comprando, caminando y ofreciendo vendemos y sacamos para los frijoles. Nuestros productos tejidos en palma, son originales y baratos, no como los que venden en las tiendotas”, finalizó.

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