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Juiz de Fora, Brasil. Brasil entra este martes en campaña electoral con el ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva como protagonistas de la disputa presidencial más polarizada en décadas.
En el primer día de campaña autorizada rumbo a los comicios del 2 de octubre, ambos candidatos protagonizan actos cargados de simbolismo.
El presidente Bolsonaro, de 67 años, tiene previsto dar un mitin desde la misma esquina en la que fue apuñalado en la campaña de 2018, en Juiz de Fora, en el estado de Minas Gerais (sudeste): «La ciudad donde renací», dijo al convocar a sus seguidores bajo el lema «Dios, patria, familia y libertad».
«La limpieza empezó hace cuatro años, quiero que continúe, que la izquierda sea extirpada del país», dijo a la AFP Jaqueline Lopes, una profesora de 50 años de Rio de Janeiro, que alquiló un apartamento en Juiz de Fora para no perderse el acto.
«¡Lula, ladrón, tu lugar es la prisión!», cantaban a su vez seguidores del ultraderechista, varios vestidos con camisetas de Brasil, mientras aguardaban el discurso de Bolsonaro en la misma calle del atentado.
«Se trata de nuestro futuro, (…) del de la familia, la patria, la mayoría de las personas que están aquí son fieles a Dios», dijo Márcio Bargiona, un expolicía de 55 años.
El expresidente Lula, de 76 años, líder de las encuestas, visitará por su parte una fábrica automotora en Sao Bernardo do Campo, región metropolitana de Sao Paulo donde se forjó como líder sindical en los años 1970.
«Lula busca volver a Sao Bernardo do Campo (…) porque favorece su narrativa de representante de los trabajadores», dijo a la AFP Adriano Laureno, analista político de la consultora Prospectiva.
Mientras que Bolsonaro «ha buscado construir un relato de que es el ‘elegido divino’, y haber sobrevivido a la puñalada desempeña un papel central» en eso.
La precampaña estuvo marcada por los constantes cuestionamientos -sin pruebas- de Bolsonaro a la fiabilidad del sistema de voto electrónico en Brasil.
Sus críticas han despertado temores de que no reconozca una eventual derrota e intente emular al expresidente estadounidense Donald Trump, acusado de incitar las protestas que terminaron en la violenta invasión del Capitolio en Washington en 2021.
Bolsonaro «está intentando debilitar el sistema electoral», deploró la ONG Human Rights Watch. «Todos los candidatos deberían rechazar alegaciones infundadas de fraude», agregó en una nota.
Para evitar nuevos incidentes como el atentado contra Bolsonaro en 2018, la seguridad de ambos candidatos fue reforzada.