Por: Servicios AINI


Ciudad de México, Marzo 6.- Con el inicio de la temporada de sequía en el país, se prevé el encarecimiento de productos del campo, como frutas, verduras, hortalizas y carne, lo cual a su vez repercutirá en torterías, taquerías y restaurantes. La industria de preparación de alimentos y bebidas estima que la inflación impacte todavía en el segundo semestre de 2023.

Ante las altas temperaturas que ya comienzan a registrarse en el territorio nacional, Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios (Lacen) de la UNAM, refirió que datos oficiales muestran que México tendrá al menos 16 semanas de temperaturas máximas de 40 a 45 grados Celsius.

“Con la sequía aumentan los precios de productos del campo, como frutas, verduras, hortalizas, legumbres, maíz, lácteos, huevo, pollo, carne de res y cerdo.”

Apuntó que el estiaje impacta en los precios de alimentos frescos y procesados, pero en consecuencia también incrementan los precios en loncherías, torterías, taquerías y restaurantes.

El experto destacó que los niveles de agua en las 210 presas de México presentan su peor cifra histórica de almacenamiento, lo cual complicará el suministro al campo.

“Por si fuera poco, también aumentan los precios de productos del mar por la Semana Santa y la Pascua. Por tanto, la inflación aumentará, principalmente la subyacente, con ello incrementa la tasa de interés”, aseguró.

“Pensamos que vamos a seguir con esta tendencia (de alta inflación) por lo menos hasta el próximo semestre”, dijo en entrevista Germán González Bernal, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).

Explicó que al revisar el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se observa que la parte agrícola va muy por encima de otros indicadores de precio.

“El índice de los restauranteros va mucho más arriba, si el indicador fue de 7.8 por ciento, nosotros estamos casi en 20.”

Comentó que el encarecimiento del huevo, la carne, los limones y los vegetales, entre otros insumos, ha hecho que los restauranteros repercutan en el precio.

“Se siente el aumento, pero es justo por la parte agro, trae una tendencia muy diferente al índice nacional.”

Mencionó que si bien se esperaba que los precios empezaran a bajar, el proceso va lento.

Explicó que la reingeniería de menús, como ha llamado el sector al hecho de sustituir ingredientes sin afectar precio y calidad, continúa.

Agregó que se puede encontrar que en restaurantes hay más platillos con costillas, porque es un producto económico y con buen sabor. Ahora con la Cuaresma, también buscan qué pescados se pueden ofrecer que valgan la pena y que no sean caros.

Trasladar los costos de los alimentos preparados al público no es la opción, “porque la gente reacciona a los precios, si suben mucho la gente hace menos visitas al año”.
La preocupación de todos es subir lo menos posible los precios sin que lastime al negocio, indicó.

“Es un suicidio no darle la misma calidad o bajarle la calidad, entonces lo que tienes que cuidar es no subir los precios suficiente, mantener la calidad y el servicio.”

Concluyó que el consumo en restaurantes aún no observa un mayor impacto, pero no descarta que tarde en verse como un efecto de la inflación.

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