Por: Edelmiro Castro Sedano

Fue una convicción que nos llevó a la lucha magisterial por aumento salarial y mejores condiciones laborales, aún con la represión y persecución del gobierno del estado, la que nos llevó a coincidir y con ello iniciar una amistad que sólo con la muerte se terminó.

Es demoledoramente triste saber que ya no habrán noches de interminables conversaciones en torno a una mesa con alimentos y bebidas espirituosas, que hacían más grata la velada recordando anécdotas pasadas o sucesos increíbles como cuando fue a Culiacán, Sinaloa, cruzando en moto el puente Baluarte con un compañero del club Los Patos, liderado por él.

Relataba con cierta nostalgia la ocasión de una competencia en la que se accidentó de tal manera que cuando lo fueron a recoger lo consideraban muerto. Lesiones en las costillas, en la clavícula y más. Vale decir que su pasión fueron las motos y ahí está el club de Los Patos como testimonio del cariño que sentía por la adrenalina.

Su destacada pasión fue la pintura y en este ámbito destacó participando en exposiciones pictográficas en Taxco, Iguala, Ciudad de México, Acapulco y otros lugares, con obras al óleo o en la acuarela, mismas que eran adquiridas por personas que acudían a ellas.

Siempre mantuvo el deseo de llevar una exposición de sus obras a su terruño: Azoyú, en la Costa Chica. Y se dedicó a realizar más treinta obras del Azoyú que él vivió y recordaba.

Mantuvo una conversación con el Presidente Municipal a fin de que otorgara apoyo suficiente para montar la exposición en la sala de reuniones de mismo Ayuntamiento Municipal. Después de un trabajo arduo logró reunir una cantidad suficiente de pinturas plasmando las casas representativas, mostrándolas como eran en años pasados provocando que los asistentes quedaran admirados y gratamente recordar tiempo idos.

Fue en el marco de las fiestas del pueblo y patrocinado por el Presidente Municipal que se llevó a cabo la exposición. El autor de estas letras y el Lic. Ricardo Rodríguez Morales asistimos a tan importante evento para acompañar al amigo en ese momento tan destacado y tan significativo para él.

Motivo de orgullo para su señora madre, doña Lucrecia Miranda, su hermana la profra. Beatriz Martínez Miranda y su cuñado el profr. José Luis Rodríguez, quienes estuvieron en todo momento presenciando y viviendo ese acontecimiento único que siempre guardarán en el corazón.

Sean estas líneas un tributo muy merecido al amigo inolvidable que ya se encuentra en sitio celestial. Lucas Martínez Miranda.

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