Por: Álvaro Venegas Sánchez

VIOLAR DESDE EL PODER, es un trabajo de investigación con el cual Yohali Reséndiz pretende llamar la atención del lector para denunciar el abuso sexual que cometen algunos servidores públicos, magistrados y representantes populares, supuestamente encargados de construir un México mejor. El recorrido que hace pasa por refrescar la memoria de casos como el del legislador Benjamín Saúl Huerta y Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ex dirigente del PRI y otros encubiertos por funcionarios cómplices que, desde sus cargos públicos, incluso llegan a burlarse de las víctimas y sus familiares, produciendo rabia e indignación social.

En el 2013, la autora ganó el premio por trabajos periodísticos relacionados con denuncias de abuso a personas de la tercera edad. En 2016 fue Premio Nacional de Locución en la categoría de reportaje por trabajos sobre maltrato infantil y ese mismo año, Premio México de Periodismo, por señalar el paradero de quien asesinó a la joven universitaria Martha Karina; y en 2021, Premio Ricardo Flores Magón, otorgado por la FAPERMEX, A, C. en la categoría de reportaje de televisión precisamente por la puntual información y denuncia del abuso perpetrado por el exdiputado de Morena, Benjamín Saúl Huerta, contra un menor de edad de Puebla.

Leer Violar desde el Poder y enterarse de la tragedia de víctimas y familiares que buscan y claman justicia y se topan con indiferencia, desdén, prepotencia, engaño y hasta sorna, de parte de algunos jueces comprados por victimarios influyentes o suficiente poder económico, el texto no puede sino surtir un efecto desolador. Yohali basa su trabajo en entrevistas a múltiples afectados y revela las secuelas que dejan los actos de salvajismo y desvergüenza en mujeres, muchachos de 15 o 16 años y niñas violadas por sus propios familiares. La periodista remueve las aguas negras de la impunidad y da rostro a esos seres indefensos atacados a quienes un depredador amparado en su fuerza física o poder político y económico sembró traumas, impotencia y miedo.

Este libro de reciente circulación, hizo que recordara otros dos: LOS DEMONIOS DEL EDÉN, de Lydia Cacho y MARCIAL MACIEL, Historia de un criminal, de Carmen Aristegui. El primero refiere cómo se protege la pornografía infantil desde el poder y menciona a los políticos Miguel Ángel Yunes Linares, Emilio Gamboa Patrón y al empresario Jean Succar Kuri; el segundo, habla sobre el comportamiento del padre Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo. También trajo a mi mente noticias acerca de Nasón, el pastor de la Iglesia Luz del Mundo, detenido y preso en los Estados Unidos y las medidas tomadas por el Papa Francisco ante tantos reclamos a nivel mundial sobre pederastia clerical; cuestión que pone en evidencia la crisis de la Iglesia católica. Todo lo anterior, por supuesto da para entender que, este grave problema, no es exclusivo del poder político sino expresión del deterioro de la sociedad de nuestro tiempo.

De la investigación de Yohali Reséndiz, me gusta la contundencia en el epílogo: “De qué sirve la existencia de una Corte Interamericana de Derechos Humanos cuyas resoluciones son vinculantes si los encargados de la procuración y administración de justicia desdeñan e ignoran sus criterios. De qué sirve que la Suprema Corte de Justicia presente protocolos de actuación para quienes imparten justicia, específicamente en asuntos que involucran a la infancia, si estos no son aplicados cuando las víctimas lo necesitan. De qué sirven nuevas jurisprudencias y ahondar en materia de derechos humanos si estos delitos no son observados; cuando el adulto comete el delito más deleznable y atroz que existe, que es la violación sexual infantil, llámese violación y/o abuso sexual, los derechos de las víctimas son escupidos y pisoteados por las autoridades encargadas de velar por ellas”.

Y continúa: “De qué sirve conocer que son 5.4 millones de menores en México los que sufren de abuso sexual si sólo 100 de cada mil casos son denunciados y de ellos apenas uno llega a sentencia condenatoria. De qué sirve que la Cámara de Diputados publicó un documento (2020) asegurando que las víctimas de pederastia pueden tardar hasta veinte años para hablar (exigir justicia) del abuso sufrido, mientras que especialistas que trabajan con detenidos por delitos sexuales mencionan que uno de cada cinco niños agredidos se convierte en agresor al crecer y que 40% de estos fueron violados en su infancia”.

Para más, presenta una guía para quienes por desgracia sufren un atropello y de momento ignoran y no saben qué hacer. Son los pasos a seguir “cuando se anda en la oscuridad”, las diligencias que debe realizar el ministerio público para integrar la carpeta de investigación. En total son 29 con explicaciones detalladas. La autora exhorta a no dejar de denunciar cuando se sabe que un agresor aspira o está en el poder; considera muy importante señalar a quienes violan, lastiman, violentan, agreden; porque la sociedad no puede ser saludable en tanto existan miles de familia enfermas del alma clamando justicia. Ni duda cabe, plumas así son indispensables y merecen reconocimiento.

Iguala, Gro., octubre 10 del 2022.

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