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Estados Unidos. El gobernador de Texas intensifica su particular batalla contra el gobierno federal y el fallo de la Corte Suprema, que ordena devolver la vigilancia de la frontera a los agentes federales fronterizo del parque Shelby, en la ribera del río Bravo, a la altura de Eagle Pass (Texas). Rodeado de otros gobernadores fronterizos que viajaron con él a la frontera, Abbott aseguró este domingo que no sólo no sacará a los soldados texanos del citado parque, sino que ampliará su operativo de seguridad en más tramos fronterizos, para evitar la “invasión” de inmigrantes.


“No nos vamos a limitar sólo a este parque”, ahondó Abbott que tenía a sus espaldas a sus homólogos republicanos y una fila de tanques de la Guardia Nacional de Texas. La conferencia conjunta ocurrió en el Parque Shelby, un área de Eagle Pass que es controlada por los soldados texanos desde el mes pasado y donde no se permite el ingreso de agentes de la Patrulla Fronteriza para detener a inmigrantes que recién cruzan el río Grande.


Acompañado de trece de sus homólogos republicanos, Abbott cargó nuevamente contra la Casa Blanca y acusó al presidente Biden de “abandonar su responsabilidad de hacer cumplir las leyes de Estados Unidos».


“Derecho a frenar la invasión”
Abbott, un aliado cercano del expresidente Donald Trump, que centrará su campaña electoral precisamente en criminalizar a los inmigrantes, dijo que tiene el derecho constitucional de defender el estado frente a “una invasión”, idea que ha alimentado ante la masiva llegada de inmigrantes sin estatus legal. El gobernador se refirió a una supuesta cláusula que asegura que lo respalda legalmente para defender a Texas.


Sin embargo, el pasado 22 de enero la Corte Suprema de EU, pese a su mayoría conservadora, dio la razón a la Casa Blanca y recordó que la vigilancia de la frontera está en manos exclusivamente del gobierno federal. En consecuencia, ordenó el retiro de los soldados texanos del parque ribereño (un punto caliente en la entrada de inmigrantes procedentes de Piedras Negras, Coahuila), así como el levantamiento de la alambrada de púas que puso el gobernador y que ya causaron heridas a inmigrantes.


Pasados trece días, los soldados texanos siguen impidiendo el paso a los agentes de la patrulla fronteriza y no han cortado la alambrada de púas.

Al respecto, la gobernadora de Arkansas, Sarah Huckabee Sanders, dijo que los gobernadores republicanos tienen que “dar un paso al frente y hacer el trabajo que no hace el gobierno federal».

Abbott agradeció a los gobernadores republicanos por respaldar las labores de su estado y reiteró sus afirmaciones de una “invasión” en la frontera sur.

“Estamos aquí para enviar un mensaje fuerte y claro de que estamos unidos en la lucha para asegurarnos de que seremos capaces de mantener nuestra garantía constitucional que afirma que podremos defendernos ante cualquier tipo de peligro inminente”, declaró.

Mientras tanto, el presidente Biden, que suena cada vez más parecido a su probable rival en las elecciones de noviembre, Donald Trump, presiona al Congreso para que apruebe restricciones al asilo que eran inimaginables cuando asumió el cargo y, por primera vez, declaró en un mitin en Carolina del Sur la semana pasada, que ordenará el cierre de la frontera “en caso de colapso”.

De hecho, la inmigración sigue siendo una de las principales preocupaciones de los votantes rumbo a las elecciones presidenciales de este año.

Una encuesta de AP-NORC realizada hace unas semanas reveló que la cantidad de votantes preocupados por la inmigración ascendió a 35%, respecto al 27% del año pasado.

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