Los J. Olímpicos, un buen recuerdo
Por: José Rodríguez Salgado
Al Mtro., abogado y tixtleco ilustre Joaquín Mier Peralta, por su cumpleaños. Afectuosamente
Escribo estas líneas el domingo 11 de agosto y sumo mi reconocimiento y admiración al Comité Olímpico Internacional y a las autoridades francesas por haber organizado con derroche de imaginación y talento los “Juegos Olímpicos París 2024”. La Clausura de los mismos fue una auténtica jornada de fraternidad, luz y color. Las medallas obtenidas alientan la afición deportiva mundial, especialmente la de los 205 países participantes.
Quedan para la posteridad y la anécdota los momentos gloriosos de cada competencia, situación de privilegio que perdurará por siempre.
Todos los triunfadores merecen el más efusivo saludo y cálida felicitación. Tanto ellos como los miles de turistas e invitados especiales tuvieron la oportunidad de estar cerca y admirar los tesoros artísticos, culturales, religiosos, urbanísticos y deportivos de la Francia inmortal.
Los que han estado en esa gran ciudad en plan oficial, de estudios o simplemente de turismo, saben que es un lugar de rica historia y cultura en todos los órdenes, por lo mismo tiene mucho que enseñar. Pocos lugares han sido protagonistas en acontecimientos que dieron otro giro a la historia universal. Se dice que fue fundada por los Galos que formaron un pequeño centro urbano sobre la orilla del río Sena. Más tarde, entre otros conquistadores llegó Julio César al frente de sus fuerzas romanas.
Poco a poco y a través de los siglos desarrollaron un lento e ininterrumpido crecimiento hasta nuestros días en que luce la rica herencia de sus predecesores. París luce bella e inunda con calidez y orgullo plazas, museos, avenidas, monumentos, jardines, castillos, torres, templos, cafés, restaurantes, casas de alta costura, perfumerías e infinidad de centros de cultura que la acreditan como uno de los lugares más bellos del planeta. Merecidamente ha sido llamada “La Ciudad Lux”.
Los viajeros habituales recomiendan que al viajar y permanecer en otras latitudes hay que observar cuidadosamente los hábitos, formas de convivencia y comportamiento de los pueblos para aprovechar las experiencias plenamente.
Los franceses están orgullosos de su país, de su capital, de la mujer, de su galantería y fundamentalmente de su amor a la libertad. Es un país sin complejos. Ahí el amor se da a la luz del día y nunca falto de cariño.
El metro de París es uno de los que ofrece el espectáculo de tantos enamorados solos entre el público. La mímica francesa es muy rica y sutil, particularmente en el ambiente popular en donde nace, se desarrolla y perfecciona “envejeciendo y renovándose continuamente”. Se dice que en las comidas en cuanto están servidas se puede comenzar a disfrutarlas sin esperar a los demás. Si se trata de una invitación, es suficiente que el anfitrión lo sugiera. Se come temprano y a la comida se le llama almuerzo que se sirve de las doce hasta las tres y media de la tarde. De tal forma que hay que adaptarse a las costumbres del lugar, no al revés.
Los taxis en París admiten como máximo a tres personas y excepcionalmente a cuatro. Los franceses le dan mucha importancia al poder económico del Euro. Las variedades en París son menos fastuosas que las que se realizan en Las Vegas, pero se dan con más color y gentileza para el visitante. Max White, uno de los escritores americanos que bien conoció a los franceses escribió “en el extranjero no comprenden el carácter inviolable de la vida privada de Francia. Se le ama por la tolerancia que practican sus habitantes hacia toda clase de opiniones y preferencias”. En todo caso recomienda ser prudentes especialmente en asuntos ideológicos y militancias políticas.
Es uno de los países más fértiles del mundo y su rica materia prima se convierte gracias a los chefs en un banquete diario. Eso explica que su gastronomía sea verdaderamente un arte. Su riqueza vitivinícola es óptima y mundialmente famosa. Aparte de sus lugares emblemáticos como el Arco del Triunfo, el río Sena, el Museo de Louvre, la Ópera, la Sorbona, el Palacio de Versalles, la tumba de Napoleón, la Catedral de Notre Dame, se hace irrenunciable visitar sus barrios, parques, avenidas, teatros, foros, puentes y estatuas. Balzac describió a París como “un océano en el cual siempre habrá profundidades inexploradas”. Agosto 15 de 2024.
P.d. Felicito al niño teloloapense Gael Román Flores, de la primaria “Conrado Abúndez” por su triunfo en la Olimpíada Estatal del Conocimiento. Reconocimiento a sus padres y maestros.