Karla Galarce Sosa
Acapulco, Gro. Los asesinatos y el cobro de piso exhiben el fracaso de la estrategia de seguridad, por lo que debe incorporarse la sociedad civil para modificarla y que haya justicia y no más impunidad, sostuvo el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González.


Durante su mensaje dominical transmitido en redes sociales, dijo que es necesario reconocer la realidad e incluir a la sociedad para establecer una nueva estrategia que garantice justicia para todos.

“Es evidente que las estrategias empleadas no han dado los resultados esperados, es necesario reconocer la realidad y buscar mejores estrategias junto con la sociedad civil”, expuso el jerarca católico.


Agregó que es necesario que “la sociedad civil participe en la definición de prioridades ante el complejo panorama de criminalidad que enfrenta el país y que se comprometa en la parte que le corresponde para mantener la seguridad y las comunidades para recuperar el tejido social y construir, junto con las instituciones del Estado, la paz que todos anhelamos”.


Refirió que las ejecuciones y asesinatos de los recientes días, han sido perpetrados con tal crueldad que pareciera que buscan sembrar miedo a la sociedad y consideró que las autoridades tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad de las personas y de sus bienes, y que para ello cuenta con la fuerza pública, no obstante que deben cumplir y respetar la dignidad de todas las personas.


Monseñor González González reiteró que la impunidad es “caldo de cultivo” para que se sigan cometiendo delitos, pero también señaló que son muy pocos los que se denuncian y se resuelven e hizo referencia a las comunidades en las que ante la injusticia, recurren a los líderes de grupos del crimen organizado y no a las autoridades.

Destacó que la confianza de la población en las instituciones encargadas de brindar seguridad y justicia es un gran desafío.


Añadió que otra forma de violencia, es también el cobro de piso, “la cuota que no solo sangra la economía familiar”, sino que mina profundamente la tranquilidad y la seguridad en la sociedad, además que desgasta la ilusión de trabajar para contar con lo necesario para vivir.

Finalmente, el arzobispo llamó a no acostumbrase a la crueldad de los asesinatos o al cobro de piso, ni a ser indiferentes ante las personas que los padecen.

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