Sergio Robles Gallegos
Acapulco, Gro. El arzobispo de Acapulco, Leopoldo González González, encabezó una misa por todas las personas fallecidas por el huracán “Otis”, así como las que están reportadas desaparecidas desde hace 40 días.
En prelado también colocó una ofrenda floral en el kiosco del Zócalo en honor a las víctimas.
Al mediodía de este lunes, el arzobispo arribó a la catedral de Nuestra Señora de La Soledad, donde se ofició la misa, en la que participaron familiares, amigos y conocidos de al menos 15 personas, víctimas del huracán, quienes llevaron fotografías y mensajes.
Durante la misa, los fieles compartieron abrazos y lágrimas para buscar un consuelo ante el dolor que viven desde el pasado 24 de octubre.
Durante su mensaje, el arzobispo consideró que el huracán dejó una terrible destrucción y un desconcierto muy grande en los hogares y negocios que quedaron destruidos.
“Con nuestras palabras hemos buscado darles consuelo. Ha sido un gesto muy del señor Jesús que siempre que encontraba a una persona triste se acercaba a consolarla, pero nuestro y amor y nuestras palabras no son capaces de dar la seguridad que necesitamos para tener paz y esperanza ante lo que hemos vivido, sólo la palabra de Jesús puede darnos esa seguridad, esa paz, esa esperanza”, dijo.
Agregó que Dios ha indicado a los fieles buscar consuelo en su palabra a través de él y para pedir por el descanso de las personas que fallecieron esa noche y aseguró que la fuerza de Otis no acabó con los fallecidos porque se ven reflejados a través de Dios.
Leopoldo González pidió a los feligreses tener la certeza de que las víctimas nunca estuvieron solos cuando batallaban para sobrevivir a la fuerza del huracán porque Jesús estuvo con ellos y les hizo escuchar su palabra para llevarlos con él.
“Podemos tener la esperanza que de ese encuentro de Jesús con nuestros hermanos, en lo terrible de esa noche del Espíritu Santo que habita en cada uno de nosotros les hizo invocar al señor”, indicó.
Algunos familiares recordaron a sus seres queridos como la señora Marcela Cipriano, mamá de Marco Antonio Franco Cipriano de la embarcación Tourbillón, quien dijo que la Secretaría de Marina ya no quiere apoyar en la búsqueda y ha recibido comentarios de que darán por concluidas las búsquedas.
Mientras que Georgina Patricia Noguera Pinzón, esposa de Andrés Cortes Salazar, capitán del yate Baccus, quienes en días se siente sola con su familia en la búsqueda, no pierde la fe y la esperanza de encontrarlo.
“Estamos con la Marina en la búsqueda, trabajando, pero pues avances son lentos. Yo no digo que no lo hacen, pero son lentos porque ya a 40 días por ejemplo de mi esposo no han encontrado el yate, no han encontrado algún indicio de nada. Ahorita nos sentimos acompañados, pero a veces nos sentimos solos en la búsqueda porque no hay una respuesta, no hay nada, estamos como si camináramos entre sombras porque no hay una respuesta para nosotros”, lamentó.
Después de la misa, el arzobiso bendijo a todos los fieles que caminaban en fila para salir de la catedral hacía el kiosco, donde fue colocada una corona de flores.
En declaraciones a medios, Leopoldo González dijo que quería estar cerca de los familiares para dar palabras de consuelo y consideró que la experiencia dolorosa del huracán Otis, puede servir para elaborar protocolos que permitan mantener a la población protegida.
Indicó que serán los mismos ciudadanos quienes juntos podrán reconstruir su persona, sus hogares y la sociedad, porque el dolor que causó la muerte de las víctimas reafirma el valor de cada vida humana.
“Hemos mirado como nuestra situación tan dolorosa, tantas manos nos han sido tendidas desde fuera y también tantas manos sido tendidas entre nosotros para ayudarnos. Ese es el camino para construir la tranquilidad y seguridad entre nosotros”, indicó.
El arzobispo llamó a todas las autoridades a seguir buscando a las personas desaparecidas porque es una necesidad de sus familiares y en este momento se necesita escuchar a otros para mirar hacia adelante y se pueda reconstruir la sociedad.