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Estados Unidos. El Jardín Binacional, en la línea fronteriza entre Tijuana y San Diego, quedó reducido a casi nada luego de que este martes obreros y maquinaria pesada le pasaron por encima para continuar la construcción del muro de nueve metros de alto ordenado por expresidente Donald Trump.


Para el martes, los equipos de una empresa privada contratados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) del Gobierno estadounidense ya habían instalado unos 18 metros de muro compuesto de pilares de metal alternados.


Como la barda fronteriza fue originalmente construida en esa zona en 1993 un metro dentro de territorio estadounidense y el jardín se cultivó junto a esa barrera en ambos lados de la frontera, las labores del martes casi desaparecieron por completo los plantíos.

Como vestigios del jardín solo quedaron en pie una planta valeriana, una palma y una sección con col rizada. Durante un tiempo, ahí se cosechaban los domingos hortalizas para alimentar a indigentes, familias y migrantes que llegaban a la zona.


Emblema de unidad
El vergel fue desde su inicio un símbolo de unidad. Era parte del Parque de la Amistad, que fue cerrado al público y quedó dividido por tres muros paralelos de nueve metros de altura.


Pese a haber detenido inicialmente la construcción del muro y ante los persistentes flujos migratorios, el actual presidente, Joe Biden, aprobó la continuación de las obras a lo largo de la frontera con fondos asignados previamente por el Congreso, argumentando que se trata de reparaciones.

Pedro Ríos, director del Comité de Servicios de los Amigos Americanos en San Diego, dijo este miércoles a EFE sentirse “preocupado de que un muro fronterizo que representa la división, la separación y el distanciamiento sustituya un jardín que ha sido símbolo de amistad, de unidad, de acercamiento entre los residentes fronterizos”.


Explicó que el Jardín Binacional sirvió para mostrar a grupos que llegaban a la frontera desde diversas ciudades estadounidenses “cómo en una zona donde tantos agentes fronterizos se enfocan únicamente en controlar y arrestar, los residentes de ambos lados de la frontera expresaban con el jardín su interés común de unidad”.

Ríos lamentó que un proyecto que «durante décadas unió a familias separadas por motivos migratorios y a comunidades fronterizas» termine en un sistema de muros paralelos «que solo van a traer muerte a la zona» donde las familias tratan de cruzar la frontera.