(FILES) A person wearing a face mask takes photos of the skyline as smoke from wildfires in Canada cause hazy conditions in New York City on June 7, 2023. From Quebec to British Columbia to Hawaii, North America is facing an extraordinary wildfire season -- and regions both near and far have found themselves increasingly blighted by smoke exposure. The average American had already been exposed to 450 micrograms of smoke per cubic meter by early July, worse that the entirety of the years from 2006-2022, economist Marshall Burke at Stanford posted on X recently, citing calculations made by the university's Environmental Change and Human Outcomes Lab. (Photo by ANGELA WEISS / AFP)

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Estados Unidos. Para el promedio de las personas la contaminación del aire es más peligrosa que el tabaco o el alcohol, y la amenaza es peor en el sur de Asia, su epicentro mundial, pese a las mejoras de China, de acuerdo con una investigación del Instituto de Política Energética de la Universidad de Chicago (EPIC), divulgada ayer.


Pese a ese panorama, la financiación para enfrentar este reto es una fracción de la destinada a luchar contra las enfermedades infecciosas.


El informe anual sobre el Índice de Calidad del Aire (AQLI, por sus siglas en inglés) mostró que la contaminación por partículas finas –procedentes de las emisiones de vehículos e industrias, incendios forestales, etcétera– sigue siendo la “mayor amenaza externa para la salud pública”.


Si el mundo redujera de forma permanente estos contaminantes hasta alcanzar el límite fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la esperanza de vida de una persona promedio aumentaría en 2.3 años, según los datos recogidos hasta 2021.


Las partículas finas se relacionan con enfermedades pulmonares, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y cáncer.


En comparación, el consumo de tabaco hace caer la expectativa de vida mundial en 2.2 años, mientras la desnutrición infantil y materna es causante de una reducción de 1.6 años.


Asia y África soportan la mayor carga, pese a que cuentan con infraestructuras más débiles, y los fondos para hacer frente a la contaminación atmosférica son mínimos.


Toda África recibe menos de 300 mil dólares para ese fin.


Mientras existe una asociación internacional de financiación denominada Fondo Global que destina 4 mil millones de dólares anuales para el VIH/sida, la malaria y la tuberculosis, no existe un fondo equivalente para la contaminación del aire.


“Sin embargo, en la República Democrática del Congo (RDC) y Camerún la contaminación atmosférica acorta más años de vida a una persona promedio que el VIH/sida, la malaria y otras amenazas para la salud”, destaca el informe.