Rezago en la lactancia materna – Felicitación – Don Chimino

Por: J. David Flores Botello

AGRADECIMIENTO: Antier estuvimos un grupo de médicos en la oficina del presidente municipal Arq. David Gama Pérez quien nos atendió muy amablemente. Compañeros representantes del Colegio de Médicas de Iguala y Zona Norte de Guerrero con la presidenta Dra. María del Carmen Palacios García y del Colegio Médico del Norte de Guerrero con su presidente Dr. Daniel C. Martínez Millán, entregamos la invitación enviada por la Federación de Colegios Médicos del Estado de Guerrero que preside el Dr. Rafael Martínez Abarca, para que nos acompañe en la inauguración de la CXXXI Asamblea Ordinaria, Congreso Médico Estatal “DRA. MINERVA LUCÍA ALAVEZ LUGO” (quien estuvo presente) a celebrarse en nuestra ciudad de Iguala los días 5, 6 y 7 de octubre del presente año. Nos ofreció todo el apoyo necesario para que las actividades se lleven a cabo incluida la “Carrera de la Salud” en la que participarán algunos de los médicos asistentes. Agradecemos infinitamente su atención y esperamos contar con su honrosa presencia.

REZAGO EN LA LACTANCIA MATERNA.- Antier se publicó en el periódico La Jornada una nota donde hacen ver el rezago que existe en México en la alimentación de los niños al seno materno “a pesar de la evidencia científica de que los niños que tomaron leche materna, son más inteligentes y sanos en la primera etapa de la vida por los anticuerpos que les transfieren las madres”. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, a escala global, “el índice de lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé es menor a 50%, y México está lejos de ese promedio (solo 33%)”. Por eso, siempre les decimos a las madres que por muy cara que sea cualquier leche en fórmula, no se comparan los beneficios, la leche materna es lo mejor. Desde el momento que el bebé nace debe pegarse a su mamá para que mame, de esa manera “bajará” más rápido la leche y en unos días la madre tendrá suficiente leche para satisfacer a su recién nacido.

FELICITACIÓN.- Hoy cumple noventa años la señora María Elena Botello Figueroa, mi sacrosanta madre. Doy gracias a Dios por su vida, por su salud, por su alegría casi constante, por su amor inconmensurable a sus hijos, nietos y bisnietos, por su optimismo ante las adversidades, por su voz y la belleza de su canto, por la vida que nos dio, por su ejemplo de trabajo incansable y por todos sus sacrificios para sacar adelante a sus hijos. ¡Muchas felicidades mamita! Dios te siga bendiciendo.

DON CHIMINO- Lo que asegún nomás iba a ser desayuno sospresa se siguió hasta la comida y yo pos ni modos de no entrarle. No tienen idea de qué tan delicioso caldo de cuatete nos dieron, casi no tiene espinas, es pura carnita, taba tan sabroso que me sambé una cazuela con caldo rojo y dos cazuelas en caldo verde que jue el que más me gustó. En lo que me los comía mi Puchunga me acompañó, como miró que le eché cebollita picada, unas gotitas de limón y que la señora de las tortillas me las mandaba de una en una, recién salidas del comal, se le antojó y tambor pidió su caldo verde y sus tortillas. A esa hora ya taban hartas gentes comiendo en el restaurán Dalia, me consta porque por la mañana me eché una cazuela equivocadamente, que a ellos su caldo era de mojarra, no de cuatete. Nosotros tábamos en una especie de reservado con bandas como las que usan pa´ hacer filas antes de treparse al avión, que ya me he subido no crean que no. Norma seguía muy feliz con sus compañeros y amigos que jueron invitados a su fiesta, en veces se soltaban risa y risa. Yo, aprovechando que nos dejaron solos a mí y a mi vieja, en lo que comíamos, le dije que le daba gracias a Dios que nosotros no teníamos ninguna enfermedá, que ese día la miraba yo más chula que otras veces, que se conservaba más guapa y joven que sus compañeras de generación, en eso, miré que como tres metros atrás de mi Púchun, con mucha discreción, el guía me hacía señas con la mirada de que juera yo para uno de los pasillos. Yo, como si no me viera dado por enterado, llamé a un mesero, le pedí agua mineral, me la llevó y me tomé de tún tún más de medio vaso. De pronto, me garré mi barriga, me doblé un poco pa´ alelante, arrugué la frente haciendo muecas de dolor, me quedé quietecito unos segundos, como esperando a que se me pasara. “–¿Tienes cólico?”, me preguntó algo preocupada. Le dije que sí, que iría al baño del personal que taba más cercas. Me paré y me juí pa´llá. A la mitán del camino se me emparejó el guía, me dijo que Beto me taba esperando en el baño a onde hacía unos minutos nos ´bíamos visto. Y sí, ora quien taba dentro del baño esperándome con la puerta entreabierta era Beto, pero él no salió, me hizo señas de que me metiera pa´ dentro. Yo en un principio pensé: ¡aray si nos ven pensarán otra cosa! Es un baño pa´ una sola persona, pero entré, ya sabía lo que quería, lo que recién me ´bía entregado Juanita: las laminillas y la carpeta con el resultado de su análisis de la biopsia. Los llevaba yo en la bolsa del pantalón y la carpeta entremetida en mis espaldas por dentro de la camisa. A lo mucho nos tardamos dos minutos en que se los di y que él, sin leerlos, los guardó igual a como yo los llevaba. Todo ´biera sido sin croblema solo que el muy móndrigo, seguro se despidió de abrazo y beso con Juanita porque se le quedó el aroma de su rico perfume y una manchita de bilé en su cachete. Yo no sé si por lo cercas, o porque el baño no es muy grande pero me dejó como untado el olor en las narices el Beto. Le dije que él olía mucho y que mejor no se arriesgara, que lo podría cachar Norma y se la iba hacer de tos. En eso, se me prendió el foco: cuando jui por mis quesadillas de marlín miré que taba un frutero con peras, manzanas, duraznos y guayabas, le dije que me esperara tantito, que se lavara muy bien la cara con jabón, que orita regresaba. Me salí en chinga y jui hasta el frutero porque me acordé que solo hay dos cosas que no se pueden ocultar: el amor… y el olor a guayaba. Garré 4 guayabas y las llevé al baño a onde Beto ya con la cara lavada me taba esperando, entré, le di dos guayabas, le dije que se comiera una a mordidas y que de la carnita de la otra guayaba le rascara un poco y se untara atrás de las orejas, en el cuello, en los brazos, en el pecho, en las narices y hasta en el cabello. En chinga hizo lo que le dije y se salió pa´ juera llevando en su mano una bolsa roja del Otso, iba muy contento, emocionado, mucho más feliz que antes de verse por segunda vez con Juanita. Cerré la puerta, hice pipí, saqué unos gases y regresé con mi Puchunga que ya andaba en el jolgorio con Norma y sus amigos. Me jui a sentar a nuestra mesa, me taba echando el resto de mi agua mineral cuando llegó Beto, se sentó, me dijo que Norma le preguntó que a dónde ´bía ido, que lo miró cuando se fue con el guía en el carrito de golf. Le pregunté que él qué le dijo. Sin decir palabra se paró, recibió de manos del mesero el micrófono que seguramente él le pidió y, con una sonrisa de oreja a oreja como si juera animador de eventos nos dijo: –“Queridos amigos les pido un momento de su atención. Quiero agradecer, primero a Dios por sus bondades y sus bendiciones para todos nosotros, a mi amada esposa Norma por haber decidido casarse conmigo hace casi 37 años y darme el privilegio de ser padre de Alberto a quien, junto con Olivia les agradezco que hayan venido a este festejo que pretendimos fuera una sorpresa, pero, lo más sorprendidos fuimos nosotros con la maravillosa noticia de que nos harán abuelos de gemelos: ¡esa sí que fue una enorme sorpresa! Muchas gracias queridos amigos por acompañarnos en estos momentos de alegría. Un especial agradecimiento para Coquis y Pedro que me apoyaron muchísimo en la logística y organización de esta fiesta, además, elaboraron el pastel de tres leches con cajeta y nuez como le gustan a Norma. A Fernanda y a Chimino, con quienes hemos estado desde hace dos días rodeados de sus atenciones y además, nos hicieron el favor de traernos en su auto. Gracias a todos y quiero decirles que, no dejen de probar el caldo de cuatete que nos hicieron favor de traernos de la laguna de Tres Palos, de allá de donde era Simón Blanco, prueben y comprueben por qué le llaman rompe catres. Además, hace unos momentos, nos fuimos con nuestro amigo el guía a traer algo que se me había pasado: té de chai que es el preferido de mi esposa. Por fortuna encontramos en un Oxxo cercano. Los invito a que lo prueben es un buen digestivo, mejora el sistema inmunológico, los mantiene alerta, baja el colesterol, mejora la presión arterial, previene el Alzheimer y el Parkinson…” ¡hijoles! ¡Or sí me requete colgué! Áhi nos pa´ l´otra, graciotas.