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Ciudad de México, El Nuncio Apostólico en México, Mons. Joseph Spiteri, dijo a los obispos mexicanos que en las diócesis “con nuestros sacerdotes es importante la corrección fraterna”, y alertó: “no podemos dejar pasar ciertas actitudes, ciertas tomas de posición, ciertas acusaciones que nos llegan de parte de los fieles en contra de nuestros colaboradores”.


Al presidir la Misa con la que se inició la 119ª Asamblea Plenaria de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), el lunes 10 de noviembre, el representante del Papa en México dijo a los obispos que “tenemos que encontrar el valor para hablar claramente, con caridad, pero siempre en la verdad”.


La Asamblea Plenaria de la CEM concluirá el viernes 14 de noviembre. En un comunicado difundido el 10 de noviembre, el Episcopado señaló que en estos días los obispos “abordarán temas fundamentales como el acompañamiento de las familias mexicanas, los procesos de paz en nuestros pueblos y algunos otros temas de interés nacional”.


La “verdadera grandeza” de los cristianos
En la primera parte de su homilía, el nuncio recordó el sermón In Nativitate Domini del Papa San León Magno, en el cual, dijo, el santo invita “a no olvidarnos de nuestra verdadera dignidad”, y citó: “Recuerda la cabeza y el cuerpo del que eres miembro. Recuerda que fuiste rescatado del poder de las tinieblas y llevado a la luz y al reino de Dios”.


El prelado destacó en esa línea que “si reconocemos nuestra dignidad que viene de Cristo, lograremos también reconocer nuestra pequeñez y al mismo tiempo nuestra verdadera grandeza, esta grandeza como hijos e hijas de Dios”.


“Y es esta grandeza de la que nos habla San León Magno, que nos anima para enfrentar verdaderamente los desafíos de la vida, enfrentar los desafíos de la vida unidos con el Señor”, dijo.


La “violencia que desangra” a México
Recordando “la escandalosa situación de violencia que todavía existe en muchos países del mundo”, el nuncio señaló que “también aquí en México tenemos una, podemos decir, una guerra también, una violencia que desangra a nuestro pueblo, la criminalidad organizada que se siente siempre más fuerte”.


“Es importante no caer, como sabemos, en la trampa de una normalidad”, en la que se actúa como si “todo anda bien por ahí”.


“Vivimos en tiempos difíciles”, aseguró, como lo fueron “los tiempos de San León Magno, que eran los tiempos que marcaban el fin, verdaderamente, de una época del Imperio Romano”, en los que se produjeron “las invasiones bárbaras de los hunos, de los vándalos, que el mismo Papa tuvo que enfrentar personalmente”.

“Y nosotros queremos pedir su ayuda para entender bien cómo actuar, cómo ser profetas, cómo denunciar. Pero sobre todo, cómo ser propositivos también con los proyectos de diálogos de paz que ustedes están haciendo en todas las diócesis”.

El nuncio destacó también la importancia “de tomar las decisiones en comunión, gracias al diálogo, verdadero diálogo que debe empezar entre nosotros, entre los obispos”.

Luego subrayó que “es muy importante la corrección fraterna para la construcción de una verdadera paz. La verdadera paz en el seno de nuestro clero, de nuestro presbiterio, en el seno de nuestras diócesis, diría también entre nosotros”.

También apuntó a pedir a Dios el don de la sabiduría, que “significa conocer a Dios y poder actuar, poner en práctica su voluntad”.

“No es cuestión de capacidades, de conocimientos técnicos, de un know-how”, dijo, sino que “la verdadera sabiduría es cuestión de relación con Dios para poder constituir y construir verdaderas relaciones, tejer, más bien como nos insiste el Santo Padre León, tejer relaciones en la verdad y en la caridad con todos”.