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Ciudad de México, Octubre 28.- Imagina heredar no solo el color de ojos o la forma de la sonrisa de tus padres, sino también una predisposición a desarrollar cáncer. Esto es lo que ocurre con el síndrome de Lynch, una condición genética silenciosa que puede llegar a desarrollar diversos tipos de cáncer.
Hoy, la ciencia está escribiendo un nuevo capítulo. La posibilidad de crear vacunas preventivas contra el cáncer ya no suena a ciencia ficción; se trata de una realidad en desarrollo que podría cambiar el futuro de miles de familias en el mundo.
¿Qué es el síndrome de Lynch y por qué aumenta el riesgo de cáncer?
El síndrome de Lynch es una condición genética hereditaria que eleva significativamente el riesgo de desarrollar diversos tipos de cáncer, principalmente de colon y endometrio, pero también de estómago, ovario, páncreas y otras localizaciones.
Esta alteración se transmite de padres a hijos, y las personas que la portan suelen presentar cáncer a edades más tempranas que el resto de la población, de acuerdo con Mayo Clinic.
Esta enfermedad es responsable de entre el tres y el cinco por ciento de todos los casos de cáncer colorrectal y hasta del dos y tres por ciento de los cánceres de endometrio, según datos de la American Cancer Society (ACS).
La causa radica en mutaciones que afectan a los genes encargados de reparar el ADN cuando se producen errores durante la división celular.
Normalmente, nuestro cuerpo detecta y corrige estos errores, pero cuando el sistema de reparación está dañado, las células acumulan alteraciones genéticas. Esta inestabilidad genética facilita la aparición de mutaciones adicionales que pueden favorecer el desarrollo del cáncer.
Como consecuencia de estos errores, el cuerpo produce neopéptidos, que son proteínas anormales que el sistema inmunológico puede identificar como extrañas. Este reconocimiento abre la puerta a nuevas estrategias preventivas basadas en el sistema inmune.
Vacunas e inmunoprevención: un futuro prometedor
Durante décadas, la investigación sobre el síndrome de Lynch se ha centrado en la detección temprana y la vigilancia constante. Sin embargo, hoy los científicos avanzan hacia una nueva frontera: la inmunoprevención, es decir, la prevención del cáncer a través del sistema inmunológico.
Un estudio liderado por el Clínic-IDIBAPS (Instituto de Investigaciones Biomédicas August Pi i Sunyer), publicado en la revista científica Journal for ImmunoTherapy of Cancer, ha logrado un importante avance.
Los investigadores identificaron 24 neopéptidos que podrían convertirse en blancos terapéuticos ideales para el desarrollo de vacunas preventivas dirigidas a personas con síndrome de Lynch.
Los resultados del estudio demostraron que estos neopéptidos aparecen de forma recurrente en muchos pacientes con esta condición y, lo más relevante, son capaces de activar una respuesta inflamatoria mediada por interferón, un proceso clave para iniciar una reacción inmunitaria eficaz contra las células potencialmente cancerígenas.
Según explica Cristina Bayó, investigadora del grupo de Inmunogenética e inmunoterapia en la respuesta autoinflamatoria e inmunitaria del IDIBAPS y autora principal del estudio, “los neopéptidos representan dianas óptimas para las vacunas preventivas porque el sistema inmunitario no ha desarrollado tolerancia frente a ellos y puede reconocerlos como sustancias extrañas”.
Bayó añade que “la alta presencia de estos péptidos en las personas portadoras del síndrome, junto con su capacidad de activar el sistema inmunitario, convierte a los 24 neopéptidos identificados en candidatos ideales para el diseño de vacunas preventivas”.
Aunque estas vacunas aún están en fase experimental, los resultados representan un cambio de paradigma en la prevención del cáncer hereditario. En el futuro, podrían complementar o incluso reemplazar estrategias actuales como las colonoscopias frecuentes o la cirugía profiláctica.
Síntomas y señales de alerta del síndrome de Lynch
El síndrome de Lynch no causa síntomas específicos por sí mismo; sin embargo, quienes lo padecen pueden desarrollar distintos tipos de cáncer a edades más tempranas. Algunas señales de alerta incluyen:
Diagnóstico de cáncer de colon antes de los 50 años.
Cáncer de endometrio (revestimiento del útero) antes de los 50 años.
Historial personal de más de un tipo de cáncer.
Antecedentes familiares de cáncer diagnosticado a edad temprana.
Presencia en la familia de otros cánceres relacionados con el síndrome, como los de estómago, ovario, páncreas, riñón, vejiga, uréter, cerebro, intestino delgado, vesícula biliar, vías biliares o piel.
Cuándo consultar a un especialista
Si tienes antecedentes familiares de cáncer, especialmente a edades tempranas, es fundamental consultar a tu médico. Informa si algún pariente ha sido diagnosticado con el síndrome de Lynch y solicita una evaluación con un especialista en genética o un consejero genético.
Estos profesionales pueden explicarte en qué consiste la enfermedad, cómo se transmite y si es conveniente realizar pruebas genéticas para conocer tu riesgo.
La detección temprana no solo puede salvar vidas, sino que ahora, con los avances en inmunoprevención, podría ofrecer opciones preventivas mucho más eficaces en el futuro.
La identificación de péptidos capaces de activar el sistema inmunológico sugiere que, en el futuro, una vacuna podría proteger a las personas con síndrome de Lynch antes de que el cáncer se desarrolle.
Esto no solo mejoraría la calidad de vida de los pacientes, sino que también reduciría significativamente el impacto de la enfermedad en la salud pública. Mientras estos tratamientos se desarrollan, la información y la prevención siguen siendo nuestras mejores herramientas.
Acudir al médico, conocer los antecedentes familiares y considerar la evaluación genética son pasos fundamentales para anticiparse a la enfermedad.
La combinación entre la ciencia y la conciencia preventiva puede marcar la diferencia entre un diagnóstico tardío y una vida más larga y saludable.
