Por: Álvaro Venegas Sánchez

“Si las cosas están mal dejemos de creer que no se puede hacer nada. Si sabemos que hay corrupción por qué señalamos a quien quiere e intenta cambiar las cosas, sus esfuerzos no son inalcanzables y menos imposibles. La falta de interés por los acontecimientos políticos y sociales hace de nosotros una comunidad desinformada. Creemos tener mejores cosas que hacer en lugar enterarnos al leer periódicos y dialogar con nuestros conocidos sobre los problemas. Los jóvenes somos mayoría y nos toca abanderar “el sí se puede”.

Es hora de impulsar y llegar a un acuerdo de jóvenes para lograr innovar el ejercicio de la función pública y combatir la corrupción que tanto nos hiere como sociedad. Hacer política significa ocupar el centro –no entre izquierdas y derechas- eso es ideológico, sino estar en el centro de los problemas de la gente. No nos enfoquemos en partidos y gobiernos sino en nuestras pequeñas aportaciones a la vida y al planeta. Hay una clase política que nos oprime y nos corresponde a los de abajo librarnos de esa opresión. Rompamos con el pensamiento de Octavio Paz quien escribió que México se divide entre “chingones y “agachados”.

Hay que crear puentes para ser únicamente “mexicanos”, todos iguales ante la ley y ante la justicia. Fomentemos las variedades de la creatividad e incentivemos los esfuerzos constructivos. Levantemos el ánimo cívico: “No toleremos lo intolerable, no aceptemos lo inaceptable. Somos una gran fuerza social en el país que, bien canalizada, puede dirigirnos a un replanteamiento de nuestra historia generacional y definir el país que queremos. Los partidos políticos en vez de representarnos se representan a sí mismos y muchos gobernantes no buscan el bienestar social sino el personal”

Las personas que nacieron entre 1980 y 1998, son llamados Millennials o Generación Y. Crecieron inmersos en la tecnología, el internet y las redes sociales. Eso define en gran medida sus hábitos de vida y comunicación. Se caracterizan por buscar trabajos que les den felicidad y encuentren en ellos un sentido de propósito. Más allá del salario valoran el reconocimiento emocional y el crecimiento profesional. Tienen conciencia de los problemas sociales y buscan y quieren organizaciones que sean socialmente responsables y transparentes. Asimismo más que acumular bienes prefieren compartir y colaborar. Se adaptan a los cambios y tienen una mentalidad emprendedora; no los detiene el fracaso y procuran aprender nuevas habilidades.

Amigo lector, si tiene algún familiar o conoce a alguien de 30, 40 o 45 años de edad, observe y confirme alguna de las características expuestas.

La línea de pensamiento la tomé de Política para Millennials, un texto breve, 50 páginas, de Jacob Aviña Zurita; un joven de la Generación Y preocupado por el bienestar de su comunidad tabasqueña. Lo escribió antes de las elecciones del 2018 dirigiéndose a los jóvenes para mostrarles la importancia de la reflexión y la organización política. Antepuso así, optimismo y confianza ante los escépticos y pusilánimes que contribuyen a la resignación social.


No tengo mayores elementos, pero varios youtubers pro 4T que han consolidado su imagen en las redes sociales parecen encontrarse en ese rango de edad. Proyectan conciencia de los problemas sociales, no aceptan lo inaceptable, más que prosperidad económica buscan compartir y colaborar y procuran estar en el centro de los problemas de la gente. Debido a su irreverencia “las vacas sagradas” de los medios de comunicación tradicional los califican de pseudo periodistas y “paleros”; estos a su vez, para diferenciarse los llaman “challoteros”.


Un servidor, prefiere escuchar el comentario de un youtuber y no los de un Carlos Loret, Brozo, Dóriga, Alazraki, etcétera, porque sesgan la información, especulan y además intrigan y calumnian. Claro, no es delito que otros sigan creyéndoles; hay libertad de informarse con el medio y los personajes que cada quien guste. Lo importante es que la generación de millennials, en 2018 tenía entre 25 y 35 años de edad, sintieron ser aludidos como “los ninis”, el cambio con la transformación que llegó con AMLO y contribuyeron en 2024 para asegurar el segundo piso con Claudia Sheinbaum.


Ellos, más los millones de todas y todos los jóvenes que ahora están recibiendo beneficios con los programas sociales, que al fin del sexenio andarían en los 21 o 25 años, constituyen el futuro de esperanza para que la transformación humanista se consolide y continúe a pesar de relanzamientos y alianzas de los opositores. Al tiempo.


Iguala, Gro., octubre 27 del 2025