Israel Salgado Uriostegui
Iguala, Gro., La Universidad de Artes y Oficios de México (UAOM) entregó a la igualteca Orquídea Gessel Figueroa Gómez el título de Doctora Honoris Causa, junto con destacados profesionistas y artistas del país.
El Museo de Arte de Mazatlán fue el escenario donde el Claustro Nobel de las Artes otorgó merecidas distinciones a reconocidos artistas por su trayectoria en distintas áreas como meditación, locución, literatura, música, danza, cine, arquitectura, escultura, oratoria y pintura.
El evento fue avalado por la Escuela de Artes y Oficios de Monterrey y el Centro de Estudios de Tlaxcala.
En total se entregaron 71 distinciones, dos Legiones de Honor, 18 títulos de “Doctor de Doctores” y el resto fueron reconocidos como “Doctor Honoris Causa”.
La ceremonia fue presidida por Santiago Ibarra García y Rosina Betancur, entre otros invitados especiales. A nombre de los homenajeados, Javier Salazar dirigió un mensaje de agradecimiento, reconociendo la gran distinción otorgada a todos los galardonados.
Orquídea Gessel Figueroa Gómez, destacada mujer igualteca, ha sido orientadora de danza del IMSS Iguala durante 40 años. Es profesora titulada en educación primaria, egresada del INBA como bailarina, coreógrafa y directora de grupo. Fue bailarina profesional del Ballet Folklórico de México de Amalia Hernández, además de directora y coreógrafa del grupo internacional de danza Macuilxóchitl Xochipilli desde 1989 a la fecha. También es investigadora y representante del folclor guerrerense.
Es miembro activo de las asociaciones civiles ANGF USA, IGF Europa, Yohuala Municipal y AIFL Guerrero.
Ha sido galardonada por el Gobierno del Estado de Guerrero como Valor Guerrerense (2005), Mujer Guerrera (2015), Mujer Destacada Igualteca (2018), Mujer Destacada de la Región Norte (2019), Galardón Bicentenario en la Danza Folclórica (2021) e Igualteca Distinguida como Promotora de la Danza Folclórica (2022).
Durante la ceremonia, Orquídea Gessel expresó su agradecimiento con emotivas palabras:
“Fiel y congruente con este título que recibo, doy mi agradecimiento a Dios, porque la mayor felicidad siempre es estar en un escenario.
Gracias a mi padre, que está en el cielo, por heredarme la disciplina y el amor por la danza.
A mi madre, por esperarme tantas veces al regreso de mis congresos o presentaciones.
Y finalmente, a mi amada y única heredera de mi talento y mi pasión: mi hija Melissa.
Lo que se hace con el corazón tiene eco en la eternidad y presencia en la sociedad.
¡Que viva la cultura, que viva la danza!”.
