Por: Aciprensa

13 de octubre de 2025.- El Arzobispo de Oviedo (España), Mons. Jesús Sanz, fue encañonado por encapuchados con ametralladores en México, sin consecuencias, durante el viaje de apoyo a la instalación de una nueva misión en la Diócesis de Tlapa en el Estado de Guerrero.

Mons. Sanz ha visitado recientemente la zona para impulsar una nueva misión conformada por dos sacerdotes y un diácono pertenecientes a la Asociación Lumen Dei en la zona. 

En una entrevista difundida por la archidiócesis, el prelado constató que “quizás es una de las zonas más violentas de México”, en una doble vertiente: una “muy básica, muy primitiva” y otra relacionada con el narcotráfico. 

Precisamente, en el Estado de Guerrero es donde se produjo el asesinato del P. Bertoldo Pantaleón Estrada, perteneciente a la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa.

Así, pudo vivir en primera persona un episodio que habla con elocuencia de este problema, aunque consideró que lo ocurrido no fue sino “una excepción que no tuvo ninguna trascendencia”. 

“Íbamos un sacerdote y un servidor a celebrar a una pequeña comunidad un domingo la Santa Misa. Entonces en una de las curvas aparecieron tres encapuchados con ametralladoras. Nos detuvieron en el vehículo y nos preguntaron quiénes éramos y a dónde íbamos. Al decirles que éramos padres misioneros, dijeron ‘no se preocupen, sigan adelante’, y no tuvo más”, narró el arzobispo. 

A su juicio, “ver que te encañonan personas a las que no puedes ver el rostro” causa una cierta impresión, “pero más allá de ese susto comprensible, por otra parte, no tuvo mayor consecuencia y los misioneros son siempre muy respetados”, añadió.

Este tipo de intervenciones, conocidas como retenes, suelen estar vinculadas a grupos del crimen organizado que vigilan el paso en carreteras y caminos para evitar la presencia de grupos rivales. 

El “Narcomapa de México”, elaborado por el diario local Milenio, estima que 24 grupos criminales se disputan el territorio en Guerrero.

Nueva misión en San Pedro el Viejo 

Los nuevos misioneros están asentados en San Pedro el Viejo, donde la práctica totalidad de sus habitantes no habla castellano, sino mixteco. 

Según informa la Archidiócesis de Oviedo, la puesta en marcha de esta ayuda misionera se debe a la amistad, desde tiempos del seminario, del prelado con un sacerdote perteneciente a la Archidiócesis de Toledo que lleva un tiempo trabajando en la zona y le pidió ayuda, dada la complejidad de esta tarea. 

La nueva misión llevará el Evangelio a una zona de pueblos muy apartados unos de otros, con una orografía agreste, donde la labor apostólica debe comenzar “prácticamente desde cero”, según detalló al arzobispado el P. Dionisio Serrano Pascual, secretario general de Lumen Dei. 

Mons. Sanz expuso por su lado que los misioneros se van a encargar de 45 parroquias y que no serán los últimos en ser enviados, pues ya se plantea la posibilidad de que más sacerdotes diocesanos de Oviedo acudan a la zona. 

“La Iglesia es misionera. Y Jesús cuando se despide de sus discípulos les dice: ‘Id a todo el mundo y predicad el Evangelio, la Buena Noticia’. Perder esta inquietud misionera es perder nuestra identidad como cristianos”, explicó el prelado.

De su experiencia acompañando a los misioneros en su nuevo destino, el Arzobispo de Oviedo destacó, además de que los niños y jóvenes son un motivo de esperanza, que en los más adultos queda “el poso de aquella primera evangelización, hace siglos, que tuvo lugar a través de la presencia de mis hermanos franciscanos. Y como no siempre han podido estar sostenidos por una presencia sacerdotal, ellos han ido transmitiendo a través del boca a boca, la fe que han recibido y los rudimentos que aprendieron en los catecismos”.