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Nyon, Suiza, La UEFA ha dado su consentimiento, con visibles reservas, para que dos de las principales ligas europeas disputen partidos oficiales fuera de su territorio. El organismo que rige el futbol en el viejo continente aprobó de manera excepcional que La Liga organice el encuentro Villarreal-Barcelona en Miami el próximo 20 de diciembre y que la Serie A lleve a cabo el duelo AC Milan–Como en la ciudad australiana de Perth en febrero.


La decisión marca un punto de inflexión en la historia del futbol europeo. Por primera vez, partidos de liga regular se celebrarán fuera de Europa, un paso que divide opiniones entre dirigentes, aficionados y organismos rectores. La UEFA justificó su autorización al señalar la “falta de reglas claras” por parte de la FIFA, entidad que aún no define una normativa precisa sobre los llamados partidos “fuera del territorio”.


“Si bien es lamentable tener que dejar que estos dos partidos se celebren, esta decisión es excepcional y no debe considerarse un precedente”, declaró Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA. En un comunicado, añadió que el organismo contribuirá “al trabajo liderado por la FIFA para garantizar que las futuras reglas defiendan la integridad de las competiciones nacionales y el vínculo entre clubes y comunidades locales”.


FUERTE OPOSICIÓN
El permiso se concedió tras intensos meses de discusión y una oposición frontal por parte de los grupos de aficionados europeos, que consideran que disputar encuentros oficiales fuera del país de origen atenta contra la esencia del futbol local.


La organización Football Supporters Europe (FSE), socio de enlace oficial de la UEFA en asuntos de afición, expresó su desacuerdo con contundencia.


Al imponer estos partidos, La Liga y la Serie A corren el riesgo de socavar su propia historia y éxito a largo plazo, infligiendo un daño duradero al futbol en Europa y más allá”, señaló FSE.

Durante años, las ligas de España e Italia fueron las más interesadas en explorar el mercado internacional, en especial para contrarrestar la influencia económica y mediática de la Premier League inglesa, que ha sabido capitalizar su producto a nivel global. Sin embargo, los intentos de llevar partidos oficiales fuera de Europa habían chocado con la negativa de la FIFA, que hasta ahora había mantenido una política estricta sobre la integridad territorial de las competiciones.

El cambio comenzó a gestarse hace año y medio, cuando la FIFA decidió retirar una acción legal en un tribunal de Manhattan interpuesta por la agencia estadunidense Relevent, socia comercial de La Liga. La compañía, cofundada por Stephen Ross, propietario de los Dolphins, llevaba desde 2018 intentando organizar un partido del Barcelona en Florida. Tras el retiro del litigio, la FIFA anunció una revisión de su reglamento y la creación de un grupo de trabajo en el que también participan abogados de la UEFA.

Desde entonces, Relevent ha reforzado su posición en el futbol europep. La empresa se convirtió en socio comercial clave tanto de la UEFA como de la Asociación Europea de Clubes (ECA), y este año obtuvo la gestión de los derechos comerciales de la Liga de Campeones y otras competiciones continentales por un periodo de seis años, hasta 2033.

El encuentro del 20 de diciembre entre Villarreal y Barcelona se disputará en el Hard Rock Stadium, casa de los Dolphins, y en principio contará con el conjunto castellonense como local. Será una oportunidad estratégica para el Barcelona qye busca consolidar su marca global.

Por su parte, la Serie A italiana planea llevar el choque entre AC Milan y Como a Perth, Australia, como parte de su estrategia para ampliar su presencia en Asia y Oceanía. El encuentro se jugaría en febrero, aprovechando el receso invernal europeo y la disponibilidad de estadios con condiciones climáticas favorables.

Mientras tanto, la Bundesliga alemana reiteró que no tiene intención de exportar partidos de su calendario nacional. Su postura se alinea con la de las asociaciones de aficionados más conservadoras del continente, que defienden la experiencia local y la convivencia entre hinchas rivales como pilares fundamentales del fútbol europeo.

La UEFA, consciente de la presión económica que empuja a las ligas a expandirse, intentó equilibrar su decisión con un mensaje de advertencia: el permiso otorgado no implica que se abrirá la puerta a una globalización total de las competiciones domésticas. Ceferin insistió en que los campeonatos deben preservar su “identidad geográfica y cultural” y subrayó que estos dos partidos “no deben repetirse sin un marco regulatorio claro”.