Servicios AINI
Estados Unidos, La NFL disputará el próximo año un partido de fase regular en el césped del estadio Maracaná, uno de los sitios más icónicos en la historia del futbol mundial y que ya ha sido en dos ocasiones sede de Mundiales de futbol y muchas otras ocasiones de otros eventos de primera línea como Copas América y Copas Libertadores.


La experiencia que ha vivido la NFL en sus dos más recientes incursiones en Brasil han reforzado su vínculo con este país, que por primera ocasión tuvo un juego de temporada con el choque entre Eagles vs. Packers en 2024 y hace tres semanas el Chargers vs. Chiefs con el que comenzó la temporada, ambos en la Arena Corinthians de Sao Paulo.


Mirar hacia el Maracaná de Río de Janeiro refuerza la estrategia de la NFL por fortalecer su presencia en nuevos mercados, consolidando su influencia en Sudamérica.


El anuncio forma parte del acuerdo plurianual de la liga para llevar encuentros oficiales a Brasil durante los próximos cinco años. Tras el éxito de los juegos realizados en Sao Paulo, la NFL dará un paso histórico al elegir la ciudad carioca para su tercer compromiso en territorio brasileño.


“Continuando con el éxito de los juegos en Sao Paulo, no podríamos estar más emocionados de jugar en una de las ciudades más icónicas del mundo: Río de Janeiro”, expresó el comisionado Roger Goodell.


El alcalde de Río, Eduardo Paes, celebró el anuncio y lo calificó como un “hito para la ciudad” al incluir un partido de temporada regular de la NFL dentro del calendario deportivo oficial del Maracaná, un estadio reconocido mundialmente por su historia y su simbolismo en el deporte.


Sobre los equipos y la fecha del partido, será hasta dentro de varios meses que se den a conocer, en tanto que en Brasil ya comenzaron a operar las páginas de registros para la solicitud de boletos.


El movimiento estratégico de la NFL busca expandir su base de seguidores y fortalecer su posicionamiento global. Apostar por Río de Janeiro, una de las ciudades más reconocidas del planeta, implica retos logísticos y organizativos, pero también abre una ventana para convertir el futbol americano en un espectáculo cada vez más global.