Por: Francisco Lara Balderas
SIMPLE crónica: Al comensal se le hace agua la boca cuando la tortilla de masa negra sale del comal. Esponjada, es llevada por doña Mary hasta su mesa, donde ya la esperan un sabroso chile de huevo en guajillo, frijoles negros de olla, guajes dorados con cebolla y limón y un caliente café de olla. Se trata de un clásico almuerzo casero, campesino, que se sirve en uno de los locales de comida que se encuentran en el mercado de zona de Iguala, más conocido como el “mercadito” por su tamaño y por el pequeño número de comerciantes. El comensal se echa el primer bocado y pone cara de satisfacción. No lo dice, pero se entiende que empezó a disfrutar de un sabroso almuerzo. Llega la segunda tortilla de masa negra y repite la faena. ¡Qué sabroso se come en el “mercadito”! Desde los locales de venta de “memorias” se escuchan canciones de Rocío Dúrcal y de Julio Jaramillo. Enseguida de los Tigres del Norte y de las bandas de moda: “Luna, tú que le ves, dile cuanto la extraño…”, dice una letra de esas melodías. Más allá se escuchan las ofertas de los pocos comerciantes: “Pollo, pollo fresco”, “Llévela, llévala, carne de puerco de hoy”, “¿Qué le doy?, pásele pásele, todo barato”. Son los tradicionales pasajes de un mercado, pero en menor escala, que sin embargo, es de gran ayuda para quienes viven por ese rumbo de la ciudad, pues allí se surten de lo indispensable para su despensa. Hubo un tiempo en que se pensó en desaparecerlo, porque las ventas bajaron considerablemente. Afortunadamente no ocurrió, de lo contrario el comensal no estuviera disfrutando de la cuarta tortilla de masa negra con chile de huevo en guajillo y sus frijoles negros. Y de otro sorbo del café de olla. El “mercadito” está sobre un pequeño cerro y se puede atravesar de la calle Madero a la calle Reforma. Hay versiones en el sentido de que allí estuvo un sitio ceremonial de los primeros habitantes de Iguala, incluso antes de ser mercado de zona se utilizaba para la ceremonia religiosa de Semana Santa. En ese cerrito se “crucificaba” a Jesús. Actualmente los locales de comida “le dan vida”, sobre todo por la mañana. Y es que además de sabroso y casero, el almuerzo es barato. Con la quinta tortilla de masa negra el comensal limpió el plato y se dijo satisfecho. Tenía las energías suficientes para irse a trabajar. Regresará mañana y en los siguientes días, porque ¡qué sabroso se come en el “mercadito”!…….. UN DATO: Hace un año, un mes antes de cumplirse 10 años del caso Ayotzinapa, el gobierno estatal abrió un programa de recompensas por 10 millones de pesos para quienes aportaran datos para “romper el pacto de silencio”, y nada se ha dicho. ¿En qué quedó?…….. OTRO dato: Este viernes, marcha nacional por los 43 en la Ciudad de México y, el sábado, marcha estatal por el mismo motivo en Iguala, a 11 años del también llamado Caso Ayotzinapa……. PUNTO.