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Ciudad de México, Agosto 18.- En México, cada temporada de lluvias trae no solo tormentas eléctricas y charcos, sino también una pregunta que se volvió mito, sobre todo entre usuarios de TikTok: ¿la lluvia hace que tiemble?


La coincidencia de aguaceros con ciertos movimientos telúricos registrados en los últimos días ha dado origen a esta idea, alimentada por redes sociales, el boca a boca y titulares llamativos.


Las históricas lluvias registradas en CDMX tomaron por sorpresa a los capitalinos y turistas y, si bien también ha traído cosas buenas, como la recuperación de agua de las presas, también han generado temor por un posible temblor que se registre en los siguientes días…


Sin embargo, la ciencia ha tratado de poner orden en medio de la confusión a estos señalamientos, explicando si es que existe una relación entre las lluvias y los terremotos. Pero para empezar, hay que tomar en cuenta que ambos fenómenos naturales pertenecen a mundos físicos distintos: el primero es un fenómeno atmosférico y el segundo, geológico.


¿Están relacionadas las lluvias con los temblores?


En la Ciudad de México y otras regiones sísmicas, varias coincidencias han alimentado el mito de que la lluvia intensa puede generar sismos. Muchos creyentes ponen como ejemplo el temblor del 19 de septiembre de 2017, el cual ocurrió en temporada de lluvias.


Los científicos señalan que el cerebro humano siempre busca patrones: si llueve y tiembla en un mismo día, la memoria une ambos eventos, aunque no estén relacionados. Esta “falacia de correlación” es común en la interpretación de fenómenos naturales.


Sin embargo, como explican sismólogos y científicos de la UNAM, no existe una relación entre la lluvia es. Un sismo se debe al movimiento de las placas tectónicas, no al clima.


De hecho, el mes con más sismos registrados históricamente en México es diciembre, fuera del periodo de lluvias, lo que refuerza que los movimientos telúricos no siguen un calendario climático.


¿Y qué pasa si es una lluvia con actividad eléctrica? Los terremotos tectónicos ocurren por acumulación y liberación de energía en fallas a kilómetros de profundidad, mucho más allá del alcance de una descarga eléctrica atmosférica.
Incluso el rayo más potente solo afecta unos metros superficiales y no penetra las capas profundas de la corteza terrestre. Su efecto se limita a vibraciones localizadas y ondas sonoras.

Las lluvias sí influyeron en los sismos de Japón: estudios internacionales
Un estudio del MIT publicado en Science Advances analizó enjambres sísmicos en la península de Noto, Japón, y encontró correlaciones con lluvias y nevadas intensas. Los investigadores concluyeron que el peso adicional del agua y la infiltración en el subsuelo podrían modificar la presión en fallas geológicas, facilitando la liberación de energía acumulada.

Otro caso documentado fue el del Himalaya y los Alpes, donde el derretimiento estacional del hielo y la nieve también modifica esfuerzos tectónicos superficiales, lo que puede disparar pequeños eventos sísmicos.

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Entonces, ¿la lluvia puede provocar sismos?
Los sismos son procesos tectónicos profundos, por lo que las lluvias o tormentas solo pueden influir de forma indirecta en contextos geológicos muy particulares. Por ejemplo, en un aumento de peso sobre el terreno por acumulación de agua.

De igual forma, estudios indican que la acumulación y posterior retirada de nieve y lluvia alteran la presión superficial, incrementando levemente la frecuencia de sismos menores. Así como la erosión puede alterar la distribución de cargas en la corteza terrestre. Pero en el caso de México, la respuesta es: no, la lluvia no tiene relación con los sismos.