Por: Servicios AINI
Ciudad de México, Junio 6.- Un equipo multidisciplinario de científicos españoles ha identificado la huella dactilar humana completa más antigua del mundo, impresa de forma intencionada por un neandertal, datada hace aproximadamente 43 mil años.
El hallazgo se produjo durante la campaña de excavación de 2022 en el yacimiento del Abrigo de San Lázaro, en la provincia de Segovia, España, donde se cree que habitaron los últimos neandertales de la Península Ibérica antes de su extinción.
¿Cómo es la huella encontrada en una cueva en España?
La pieza clave del descubrimiento es un guijarro de granito, de forma elipsoidal, que fue hallado a metro y medio de profundidad entre sedimentos asociados a grupos neandertales.
A simple vista, la roca presentaba una peculiaridad llamativa: un punto circular de color rojo en su centro, que parecía representar una nariz sobre lo que algunos investigadores interpretaron como un rostro humano esbozado por cavidades naturales en la piedra.
Los análisis científicos, realizados por investigadores de la Universidad Complutense de Madrid, el Instituto Geológico y Minero de España (IGME-CSIC), la Universidad de Salamanca y la Policía Científica de la Policía Nacional española, confirmaron que el punto rojo fue realizado con ocre, que consiste en una mezcla de arcilla y óxidos de hierro, y es el mismo pigmento utilizado en las pinturas rupestres.
Las pruebas multiespectrales y de microscopía electrónica revelaron que esta mancha era, en realidad, una huella dactilar humana completa, perteneciente probablemente al dedo índice derecho de un varón neandertal de entre 18 y 25 años.
Este hallazgo, publicado en la revista científica Archaeological and Anthropological Sciences, constituye no solo la huella dactilar intencionada más antigua de la historia, sino también el objeto de arte mobiliar (es decir, objetos artísticos que pueden ser transportados y que son encontrados en contextos arqueológicos) más antiguo atribuido a los neandertales en Europa.
Hasta ahora, solo se había documentado una huella humana parcial accidental en Alemania, lo que hace de este descubrimiento un hito sin precedentes en el estudio del comportamiento simbólico de nuestros parientes evolutivos.
Según explicó el geólogo del IGME-CSIC, Andrés Díez-Herrero, la piedra no mostraba señales de uso práctico como herramienta, lo que refuerza la hipótesis de su valor simbólico.
“No era un yunque ni un percutor; es una pieza especial, llevada intencionadamente al abrigo rocoso y marcada de forma deliberada”, afirmó el investigador.
La profesora María de Andrés-Herrero, de la Universidad Complutense y coautora del estudio, subrayó que la importancia del hallazgo radica en que demuestra que los neandertales eran capaces de pensamiento abstracto y simbólico.
“En la creación artística intervienen la concepción mental de una imagen, la comunicación deliberada y la atribución de significado; estos son elementos clave del simbolismo y el arte prehistórico”, señaló.
El hallazgo también respalda la idea de que los neandertales no eran seres exclusivamente prácticos, sino que tenían la capacidad de imaginar, idealizar y proyectar ideas abstractas en objetos materiales.
La roca, además, no contenía rastros naturales de ocre, lo que indica que el pigmento fue traído ex profeso al lugar.
Imagen intermedia
En palabras del arqueólogo David Álvarez Alonso, también coautor del estudio, “aunque no podemos comparar con otras huellas de neandertales por falta de referencias, todo apunta a que la marca fue hecha de forma intencional por un miembro de este grupo humano”.
El equipo científico ha bautizado informalmente la piedra como “Perico”, en homenaje al ciclista español Pedro «Perico» Delgado, quien un 14 de julio, la misma fecha en que se descubrió el guijarro en 2022, logró una histórica victoria en el Tour de Francia de 1988.
La piedra de San Lázaro, con su simple pero profunda marca, se convierte así en un testimonio único del mundo simbólico de los neandertales, y plantea nuevas preguntas sobre su capacidad para el arte y la abstracción, en un momento en que la línea entre Homo sapiens y neandertales se difumina cada vez más.