Israel Salgado Uriostegui
Iguala, Gro., «Iguala ya no es un rancho. Hagamos de esta ciudad un lugar en donde se pueda transitar sin el peligro de encontrarse ganado suelto deambulando por las calles o el periférico.»
Ese es el llamado que hace el director de Desarrollo Rural y Agropecuario del municipio, Héctor Salgado Román, a los ganaderos de Iguala.
Y es que, de febrero a la fecha, se han detenido 24 cabezas de ganado, pero se han reubicado 460, lo que evidencia que la presencia de ganado ambulante en las calles y el periférico es un problema grave. Además, casi siempre se trata de los mismos ganaderos reincidentes.
El funcionario señaló que todavía hay personas que piensan que Iguala no merece el rango de ciudad, sino que sigue siendo un rancho, pero “eso ya no es así”. Explicó que el miércoles pasado reubicaron 12 cabezas de ganado que deambulaban por el Obelisco Trigarante, ubicado en la glorieta de la colonia Ejidal.
Indicó que esos 12 animales vacunos fueron trasladados a pie hasta la colonia Villa de Guadalupe, en la oscuridad, y que, en lugar de recibir apoyo por parte de los trabajadores del volante —específicamente algunos taxistas—, estos, lejos de disminuir la velocidad cuando se les pide que lo hagan, aceleran, al igual que algunos motociclistas.
Esta actitud pone en riesgo la vida del personal del Ayuntamiento que realiza estas labores precisamente para evitar accidentes.
Salgado Román explicó que algunos ganaderos —aunque no son muchos—, al comenzar la temporada de lluvias, barbechan sus parcelas y, al agotarse los rastrojos, optan por dejar que su ganado deambule por distintas arterias de la ciudad y el periférico en busca de alimento.
Lo anterior no solo genera momentos incómodos, sino que implica un riesgo constante de accidentes, algunos de los cuales podrían tener consecuencias fatales. Por ello, advirtió: «No vamos a bajar la guardia».
Anunció que esta semana se dará a conocer un manifiesto de la autoridad municipal en el que se pedirá a los ganaderos su colaboración para encerrar su ganado y así contribuir a transformar la imagen de la ciudad.
“No se trata —explicó el funcionario— solamente de ver cómo ingresa dinero a las arcas municipales. Nosotros contamos con una patrulla ganadera que opera de 8 de la mañana a 8 de la noche, pero los ganaderos sueltan a su ganado después de esa hora, y resulta demasiado peligroso detener animales a esas horas. Por eso les pedimos, con respeto, a nuestros amigos ganaderos que nos ayuden».
«Hagamos de esta ciudad un lugar en donde podamos transitar sin el peligro de que haya ganado suelto deambulando por el periférico, la glorieta o las distintas arterias de Iguala.»