Por: Graciela Mazón Salgado
El impacto pedagógico en los niños migrantes en México es un tema crucial que debe analizarse desde perspectivas sociales y pedagógicas, ya que estos menores enfrentan desafíos que afectan su aprendizaje y desarrollo integral. Algunos de los puntos de reflexión a cuestionar como en este punto es observar como es:
El Contexto social y educativo de los niños migrantes ya que los niños migrantes suelen enfrentar barreras como la discriminación, la falta de documentación y la precariedad económica, lo que repercute negativamente en su acceso y permanencia en el sistema educativo. De acuerdo con Zúñiga y Hamann (2006), la integración escolar de los niños migrantes en México está marcada por desigualdades estructurales y prejuicios culturales, lo que limita su participación plena en las aulas.
Así como también las barreras pedagógicas a las que se enfrenta desde una perspectiva pedagógica, las escuelas muchas veces carecen de estrategias inclusivas para atender la diversidad cultural y lingüística de los niños migrantes. Freire (1970) destaca que la educación debe ser un proceso liberador que respete las experiencias de vida de los estudiantes; sin embargo, en el caso de los migrantes, la educación a menudo refuerza dinámicas de exclusión al no considerar sus contextos particulares.
Por lo que se presenta un impacto importante en el desarrollo emocional y cognitivo pues el desplazamiento y la inestabilidad que viven los niños migrantes afectan su bienestar emocional y, en consecuencia, su capacidad de aprendizaje. Según Bronfenbrenner (1987), el entorno social y familiar es fundamental para el desarrollo infantil. En el caso de los migrantes, la ruptura de sus redes de apoyo puede generar estrés tóxico, lo que dificulta su adaptación a nuevos entornos escolares.
Para ello resulta necesario establecer estrategias inclusivas como lo señalan Autores como Aguado (2003) que propone la implementación de pedagogías interculturales que fomenten la convivencia, el respeto y el aprendizaje mutuo en las aulas. Esto implica capacitar a los docentes para atender las necesidades específicas de los niños migrantes y promover políticas educativas que garanticen la equidad. Desde la perspectiva crítica, Apple (2002) argumenta que las políticas educativas deben desafiar las estructuras de poder que perpetúan la exclusión social. Esto es particularmente relevante en el contexto mexicano, donde los niños migrantes suelen ser visibilizados dentro de los sistemas educativos.
Este enfoque interdisciplinario permite comprender cómo las desigualdades sociales y las prácticas pedagógicas impactan a los niños migrantes y orienta hacia la construcción de soluciones más inclusivas y equitativas.