S.O.S Laguna de Tuxpan – Don Chimino
Por: David Flores Botello
S.O. S. LAGUNA DE TUXPAN. – Qué bueno que ya se está haciendo conciencia la importancia que tiene para Iguala la conservación de la Laguna de Tuxpan que amenaza desaparecer por el exceso de extracción de su agua y por el asolvamiento de su lecho, las toneladas de basura que llegan de los cerros aledaños pero sobre todo proveniente de la barranca de El Tomatal donde sus habitantes están haciendo lo posible para ya no tirar su basura a la intemperie que arrastrada por el agua de las lluvias llega inexorablemente a dicho lago natural. La laguna de Tuxpan está ubicada a menos de 5 kilómetros de distancia de nuestra ciudad de Iguala, su altura sobre el nivel del mar es 23 metros mayor que el Valle de Iguala y es muy importante para regular la temperatura ambiental, sería una catástrofe para todos su desaparición. La gran cantidad de pozos clandestinos, la desmedida, irrefrenable e irresponsable extracción que día a día hacen, con o sin permiso, quienes venden agua en pipas (carro tanques) merma y mucho su volumen. El azolve es tal que está dividiendo su espejo que cada vez se hace más pequeño y hace que la profundidad antes de 25 metros sea cuando mucho la tercera parte, entre menos profunda sea, sus aguas se vaporizarán más fácil lo cual contribuye a su desecación. ¿Y la gran cantidad de patos canadienses que había hasta hace 20 o 30 años? Por algo solo vienen unos cuantos. ¿Y los drenajes que ahí desembocan?, el de SEMEFO, el del reclusorio entre tantos otros contaminan tanto que se puede convertir en foco de infección si no se toman medidas urgentes que la puedan salvar. ¿A quién le corresponde hacerlo?, ¿a los habitantes de Tuxpan?, ¿a los de Iguala? ¿A las autoridades municipales, estatales o federales? La respuesta es a todos. Tuxpan tiene un enorme potencial turístico pero, si no hay orden, si quienes construyen sus casas o sus restaurantes a la ribera de la misma extraen agua y vierten sus drenajes ahí, cada vez habrá menos agua y mayor contaminación. La carretera Iguala-Tuxpan cada año se llena de baches, algunos de ellos enormes como zanjas sin que, hasta la fecha, autoridad alguna solucione ese problema, además, es una carretera estrecha, teniendo tanto terreno libre a los lados la gente construye sus casas y ahora hasta zonas residenciales al bordo de esta, si un auto se detiene por alguna razón, se obstruye ese carril dificultando el tránsito en las llamadas horas pico. Si no vemos que nos estamos quedando sin la laguna, si no se actúa ya, terminaremos lamentándonos de no haber actuado a tiempo. A grandes males, grandes remedios. El salvamento de la laguna de Tuxpan debe ser independiente de partidos y de banderas políticas, no se puede ni se debe ser omiso, contemplativo, insensible e irresponsable, sumémonos todos, no solo reconociendo su gran deterioro sino evitando que la situación empeore y desaparezca. ¡Alerta! ¡Alerta! Urge dragarla, colocar diques en las barrancas, reforestar, evitar el exceso de extracción, ya no más contaminación, mucha gente sigue lavando su ropa ahí incluso algunos hasta sus autos, ¿dónde está la autoridad y dónde la responsabilidad de cada quién?
DON CHIMINO. – Cuando Alfredo nos dijo que tenía un hijo de su propia sangre pensé: ¡ah cabrón! Seguro no era de Nancy ni de Enriqueta, con tanto que nos venía paticando dendenantes ya nos ´bíera dicho algo, pero no, se lo tenía bien guardadito, lo bueno jue que le pregunté si nada más tenía puros hijos putativos, esa palabra cuando la prenunció por primera vez pensé otra cosa distinta, eso jue lo dijo que eran para él sus hijos de Nancy, ya después la goglié la palabra en Internei, leí su significado y pensé, “¡aaah!. Tan siquiera no la cajetié”. Pasaban de la una y media de la mañana y ya quería yo que terminara de contarnos, cada quién tenía que irse a su cantón y yo, asegún, llevaría a mi compa Vitorio a Tóxpan, pero me sentía raro, más sin embargo lo que más me preocupaba era que cuando nos empezó a paticar al mediodía en la pozolería taba enterito, al principio nos arrebatábamos la palabra entre yo, mis compas y él, pero cuando nos empezó a paticar su vida nos ganó la curiosidá, nos callamos todos y dejamos que se soltara paticándonos solo que ya a esas horas de la noche como que se le iba el avión por ratos pero luego se encarreraba y nos paticaba hasta detalles. Le volví a decir que por favor juera más breve, que terminara ya, nos arriendó a ver a cad´uno. “– Take ease boys, take ease” dijo y se arrancó: Pensaba tener mínimo dos o tres hijos, sabía que no se me sería dificl pues desde la primaria y secundaria tuve peque con las damas, ustedes eran bien tranquilos y yo mucho antes que ustedes ya iba a la zona y salía con otras chavas cuidando de no embarazarlas hasta que tuviera algún patrimonio qué ofrecerles, no por presumirles pero a veces me les escondía, se enamoraban de mí, tuve pocas porque no tenía feria, ni tiempo, tenía que trabajar para ayuda con los gastos de le casa, me gustaba mucho hacer ejercicio, en las argollas hacía el Cristo hasta por media hora, me aventaba fácil 100 lagartijas con cada mano, levantaba pesas de cemento que me fabricaba con botes de diferentes tamaños. Cuando tenía 17 o 18 años vi un anuncio de que habría un campeonato de levantamiento de pesas, fue por categorías, tres en total, cada una con premio equivalente a 500 dólares, si no mal recuerdo el dólar costaba 100 pesos, ese dinero me serviría para pasarme de mojado a Estados Unidos, me preparé muy bien, al final quedamos dos en la categoría de 81 kilos, creo que empatamos en 130 kilos cada uno, nos aumentaron a 135 kilos y los volvimos a levantar, subieron otros 5 y él ya no pudo, era mi oportunidad o nos repartirían el premio, saqué fuerzas de no sé de dónde y levanté las pesas dando un gran grito, me gané el premio, solo que fue tan grande mi esfuerzo que sentí como un desgarro en mi ingle izquierda, con el paso de los días, cada que hacía mucha fuerza se me hacía una bola ahí, fui con varios médicos que me daban calmantes de dolor y desinflamatorios, me llevaron a Cuernavaca con un doctor muy famoso, ya estaba de edad, que dijo que tenía una hernia en mi ingle del lado izquierdo y que ya se me estaba haciendo otra del lado derecho, que me tenía que operar de los dos lados el mismo día para que me saliera más barato, parecía que sabía, cobró 50 mil pesos, los 500 dólares que me había ganado. Vendía periódico, revistas de Lágrimas y Risas, Memín Pinguín, cargaba canastas en el mercado, vendía chescos en el cine, hice mi ronchita y me fui de raid hasta llegar a la frontera, pasé a nado el Río Bravo, como pude llegué hasta Chicago, hice mi dinerito, un abogado arregló mis papeles y ya pude trabajar sin problemas. Cuando conocí a Nancy me enamoré de ella, estábamos jóvenes y si había tenido dos hijos seguramente podría tener hijos conmigo también, nos amábamos tanto y tan seguido que esperaba que se embarazara pronto, pasó un año, dos y nada, ella tenía la ilusión de tener un hijo mío y yo de eso pedía mi limosna, fuimos con especialistas y ella salió bien en todo, yo no, el doctor viejito manos temblorosas que me operó me cortó el cordón espermático de los dos lados, o sea que me hizo una especie de vasectomía por error y ya no pondría tener hijos, quizá por eso traté a sus hijos Richard y Henry como si fueran mis propios hijos. Pero, ¿quién se iba a imaginar que ese día de la boda en Matamoros mi vida cambiaría? Al terminar la misa salimos de la Catedral de Nuestra Señora del Refugio, atravesamos la avenida y pasamos a la plaza principal Miguel Hidalgo para una sesión de fotos con los recién casados Caprice y Richard, yo me sentía como engentado y me aparté un poco, en eso se acercó a mí un joven alto, fornido, cabello chino tipo costeño, de ojos claros que llegó muy decentemente a presentarse conmigo, dijo que había visto mi nombre y algunas fotografías que publicó la familia de Caprice en las secciones de sociales de varios periódicos incluso de circulación nacional donde se anunciaba la próxima boda, vestía una guayabera blanca de mangas largas, un pantalón de mezclilla y relucientes zapatos cafés, ¿Se acuerda de Fantasy, allá en Iguala?. Sentí como una descarga en mi cuerpo, me quedé mudo, de inmediato me acordé de la chica que conocí comiendo pescadillas a las afueras del antiguo mercado en Iguala, nos caímos bien, nos fuimos al zócalo, después al cine y luego tuvimos nuestro primer encuentro en un hotel como a media cuadra del monumento”. ¡Zócalo perico!, grité, ¿la que trabajaba en el Carioca?, –ella– contestó Alfredo y… híjoles, ya me rete colgué, áhi nos pa l´otra. Graciotas.