Por: Vicky Barrios


Iguala, Guerrero, Septiembre 19.- La mayoría de las instituciones educativas de los distintos niveles, así como comercios y plazas comerciales, participarán en el simulacro de sismo 2024, cuyo escenario hipotético será de magnitud 7.5, con epicentro en Acapulco, Guerrero, y será ampliamente percibido en la zona centro de México, informó Claudio Ocampo Orozco, director de Protección Civil municipal.

A las 11:00 a.m. sonará la alerta sísmica y, con base en el simulacro, se llevará a cabo un desalojo en el palacio municipal, donde posiblemente se rescate a alguna persona que haya quedado atrapada en alguna oficina de la planta alta. Los simulacros tienen como objetivo fortalecer la capacidad de reacción y prevención en caso de registrarse un sismo o terremoto en el país.


“No es necesario que todos los trabajadores bajen por las escaleras y salgan del edificio (porque no serían suficientes), y se recomienda no usar el elevador. Previamente, se ha informado a los empleados, directores y secretarios cuáles podrían ser las zonas seguras, como las trabes o bajo un escritorio, lejos de puertas y ventanas de vidrio”, finalizó Ocampo Orozco.


Por otra parte, se informó que, para reforzar el alertamiento del movimiento telúrico, la alerta sísmica sonará este 19 de agosto, previo al simulacro de sismo, en los teléfonos celulares. Se realizarán pruebas en la telefonía móvil con el objetivo de que el sistema llegue a todos los dispositivos, aunque en esta ocasión solo será en la Ciudad de México y el área conurbada del Estado de México.


De acuerdo con la información recabada, un sismo, en la mayoría de los casos, es causado por movimientos telúricos de placas tectónicas ubicadas en las profundidades de la Tierra, las cuales liberan energía y generan movimiento en la superficie.


La brecha sísmica de Guerrero se extiende desde Acapulco hasta Zihuatanejo, una zona en la que, según especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no se ha registrado un sismo de más de 7 grados desde inicios del siglo pasado, lo que preocupa a la comunidad científica, ya que se prevé que pronto deberá «liberarse» esa energía.

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