Mes Patrio, Paz, Justicia y Libertad
Por: José Rodríguez Salgado
En recuerdo de las víctimas del sismo de 1985. Respetuosamente
Septiembre mes de la Patria, vive como muchos países momentos dramáticos. Aquí el descontento es mayúsculo y en otros lugares el fantasma de la opresión y la guerra son la constante. Qué más quisiéramos, vitorear a nuestros héroes con entusiasmo, enarbolar nuestro lábaro patrio enviando al mundo el mensaje de vivir en armonía, concordia, tolerancia y unidad, en una atmósfera de justicia y libertad plenas. Cuánta razón tuvo “El Manco de Lepanto”, el inmortal Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha, quien recomendaba a su fiel escudero cuidar la prevalencia de los valores. “La libertad Sancho, es uno de los más preciados dones que a los hombres dieron los cielos. Con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra ni la mar encubre; por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida . Y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres”.
Este concepto, como todos los de la obra maestra de la literatura universal, es didácticamente válido. Describe como pocos la indigencia del mundo, la explotación de los potentados, la angustia de los oprimidos, la alegría por la bendición; el miedo entronizado, la negación de los principios y convicciones, la excitativa para la lucha del bien contra el mal; la lección para políticos y el espléndido ejemplo del predominio de los ideales sobre la miseria humana.
Hoy y siempre debe educarse para la paz, la libertad y la justicia; de modo que se escudriñen las razones de la ruptura moral y las causas de las guerras entre los hombres y los pueblos. La historia nos enseña que las guerras son el relato nunca desmentido de la ambición y la injusticia. Aunque los gobiernos saben que las guerras no son fatalmente necesarias; olvidan pronto que la humanidad no puede crecer, prosperar y desarrollarse en medio de las turbulencias. Todos los días conocemos documentales y reportajes sobre la destrucción de vidas y bienes materiales. Es duro y amargo saber que los bastardos intereses económicos y las ambiciones perniciosas para acceder al poder sostienen esa estructura.
Es bueno confiar en los demás y prepararnos siempre; es aceptable la ayuda y la mano que guíe, pero es mejor nuestro propio deseo, el fuerte impulso y la fe inmarcesible para regular pasiones y desmesuras. En todos los actos de la vida procede actuar con gran sentido de responsabilidad para no avergonzarnos y sufrir las consecuencias. Lo recomendable es aguzar la intuición y precisar en los seres y las cosas el sentido de lo humano, lo justo, lo noble, lo bello y lo verdadero. La exigencia es tomar decisiones valientes y oportunas para vencer lo incierto.
En México todo mundo sabe que el pasado sufragio salió de la caja de Pandora, nos deja la enseñanza de lo que no debe suceder, los elegidos hoy, mañana serán los verdugos y “al amparo de la ley” serán heraldos del apocalipsis. El negro panorama que priva en todos los órdenes ha sido genial y oportunamente descrito por el sabio maestro don Armando Fuentes Aguirre “Catón”, quien al referirse al régimen actual da cuenta del derrumbe de la República. Sus aseveraciones no tienen desperdicio por más que se intente a fuerza de palabras cubrir rapacerías y satisfacer venganzas.
Mientras prevalezca la desigualdad, la impunidad, la injusticia, la corrupción, el nepotismo, la impericia y el encubrimiento fácil, continuarán los dolores y amarguras de una democracia seriamente lastimada. Aún así hay voces valientes que condenan la persecución y hacen frente a la calumnia y la violencia desatada. En este septiembre hay calambres y sombras; por tanto, no podemos echar las campanas al vuelo. Estamos obligados política y moralmente a alzar la voz y defender lo poco que queda; trabajar intensamente y derribar la soberbia y el triunfalismo rampante de quienes piensan que el triunfo es para siempre. El tiempo pondrá a todos en su lugar, al menos esa es la lección de la historia.
Construyamos un México mejor, con fe en la vida, respetándonos a nosotros mismos, enalteciendo mente y espíritu, con la esperanza de tiempos mejores, en el entendido que sólo la perseverancia en la lucha nos hará verdaderamente libres, con la ley como escudo y un estado efectivo de derecho.
Septiembre 19 de 2024